domingo, 9 de marzo de 2008

Crónicas marcianas II

¡Qué tristeza! ¡Qué verguenza! De ser humano, consumista, depredador,colonizador, lanzador de bombas, destructor de Marte y su civilización, de La Tierra y la suya.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Como ese famoso cuento donde un soldado comenta desde la trinchera que el era un poeta, que ahora debía pelear por su planeta y así. Hasta que se muestra a los perversos invasores, que resultan ser seres humanos y el poesta un humanoide reptilineo.

Omarcito

P.D: ¿Cuantas veces vio en un playa que los chicos disfrutan mas destruyendo los castillos de arena que admirandolos?

Paula Irupé Salmoiraghi dijo...

No sé, no creo en la maldad intríseca. Estoy leyendo El señor de las moscas, ¿tendrá algo que ver con este tema? Recién voy opr el tercer capítulo.

Anónimo dijo...

Creo que no lo leí... pero no podría asegurarlo. Y estoy de acuerdo con usted, en la no creencia de la maldad intrinseca, pero si en la estupidez intrinseca. Porque todos los actos de "maldad" me parece parte de una forma de ser y un pensamiento estúpido.

Omarcito

Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...