domingo, 27 de julio de 2008

Hellboy II

Todavía no me la vi, pero quedé deslumbrada con esta reseña de un bloguero amigo: Omar Delgado. (Su lugar se llama: El señor de la noche, por si tienen ganas de pasar)

Reseña de Hellboy II: The golden army.

Si nuestros gobernantes no fueran los oligofrénicos codiciosos que son, inmediatamente mandarían llamar a Guillermo del Toro de regreso a México para darle los excedentes petroleros como presupuesto para sus peliculas. Si alguno de esos politiquetes, obsesionados con la venta de lo que queda del país, tuviera aunque sea unos gramos de materia gris en su hueco cráneo, se daría cuenta de que al gordo hay que re-nacionalizarlo y declararlo tesoro nacional.
Y es que el tapatío, así como lo ven, si sigue por ese camino, pronto será una de esas leyendas del celuloide tales como Alfred Hitckock, Akira Kurosawa o John Houston: un verdadero history teller del celuloide capaz de elaborar fábulas universales sin importar géneros ni presupuestos. Prueba de ello es su más reciente película, la magnífica Hellboy II.

La historia de Hellboy II: el ejercito dorado inicia justo después del fin de la primera parte: Rojo y Liz Sherman ya son una pareja -con todos sus múltiples y muy ardientes problemas-, Abe Sapien sigue obsesionado con los libros y con la música de Vivaldi y Tom Manning, el sustituto del profesor Broom, continúa sudando la gota gorda al tratar de mantener el secreto de la agencia de investigación paranormal. Es en este escenario cuando un príncipe Elfo de nombre Nuada le declara la guerra a la humanidad y trata de exterminarla utilizando el arma más temible con la que cuenta la nación de las hadas: El Ejercito Dorado.

Sabido es que los personajes de la mitología de Hellboy provienen del ya legendario comic de Mike Mignola (coautor del guión de la presente película, por cierto), que Hellboy es un demonio enviado a iniciar el apocalípsis y que gracias a la tutela del Profesor Broom el diablo de niño decide pasarse del lado de los que debía destruir. Sin embargo, Del Toro tuvo el gran acierto de proveer de densidad casi shakespiriana a unos personajes que en la obra de Mignola eran unidimensionales. Si en la primera entrega de Hellboy Del Toro tuvo que ceñirse a un guión más apretado (debido, entre otras cosas, a que tenía que explicar perfectamente el mito creacional del personaje) Ahora Rojo, Liz Sherman, Abe Sapien y tropa que los acompaña aparecen más sueltos y desarrollados. En esta segunda película el tapatío los presenta como seres con conflictos reales que se enfrentan al terrible dilema de escoger entre aquellos que finalmente les son más cercanos (los monstruos, hadas, diablos y ángeles), o los seres humanos, depredadores aún más temibles que cualquiera de las abominaciones a las que combaten.

Del Toro, en el film, dota al mundo Feérico de esa oscuridad presente en los cuentos celtas originales (atmósfera que, por otro lado, también está presente en su anterior trabajo: El laberinto del Fauno). Las hadas del tapatío no son para nada hermosas ni dulces, sino que son criaturas cazadoras y sanguinarias. De igual manera, los elfos -tan ensalzados en las obras de Tolkien-, aqui son feroces guerreros dispuestos a terminar con el género humano, aunque no sin motivo. Quizá esa es una de las virtudes más grandes de la película: el demostrar que aún el "villano", más cruel tiene razones firmes para ser como es. El príncipe Nuada sólo esta tratando de preservar su mundo de una humanidad cada vez más voraz y perversa y, por ello, Hellboy en algún momento se llega a reflejar en él. Finalmente, ambos son seres rechazados por una raza humana temerosa e ignorante.

Otra de las características más notables del panzón de Guadalajara es su capacidad de dotar a cada uno de sus trabajos de su impronta personal, no presente solo en sus leit motivs -los insectos, los engranajes, las runas-, sino también en ese medio ambiente emocional con el que está impregnada toda la historia. Quizá es por ello que cualquier mexicano, haya leído o no la obra de Mignola, se refleja perfectamente en los personajes. Aquí, Abe Sapien y Rojo dejan el trabajo para irse a chelear para curarse sus penas de amores, algo perfectamente entendible para nosotros, pero impensable para otras culturas; aquí, una furibunda Liz Sherman hace volar una puerta de acero de diez toneladas como si fuera un sartén porque su viejo tiene un desmadre en la casa. Todos ellos, detalles tan cotidianos y entrañables que no dejan de conmover al más exquisito.
Pero principalmente, Hellboy II destaca de entre todas las demás películas del género de superhéroes gracias a la capacidad de Del Toro de inocular conceptos profundos en historias en apariencia ligeras. Incluso en sus trabajos más comerciales (Blade II y las dos entregas de H.B), el gordo sabe darse sus mañas para deslizar preguntas incómodas en el guión, preguntas que nos hacen cuestionarnos, tal y como lo hace el príncipe elfo, ¿Cuál de los dos holocaustos prefieren?

O, dicho de otra manera, ¿Quienes son los verdaderos monstuos, ellos o nosotros?

Véanla o se los carga el elfo.

Omar Delgado
2008

1 comentario:

Yoatecutli dijo...

Querida amiga:

Por supuesto que puedes utilizar los textos de mi bitácora de la manera en que lo requieras. Sólo te pido que cites la fuente.
Me alegra mucho que te guste mi trabajo. Espero que lo sigas disfrutando de la misma manera.

Un abrazo.
Señor de la noche.

Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...