sábado, 9 de agosto de 2008

El deseo es el movimiento del intercambio de escondites

EL DESEO, según John Berger


"Cuando el deseo erótico es recíproco es una trama urdida por dos, y enfrenta o desafía a todas las otras tramas que determinan al mundo. Es una conspiración de dos.

El plan es darle al otro un descanso del dolor del mundo. No la felicidad, sino un descanso físico de la enorme propensión al dolor que tiene el cuerpo.

En el deseo siempre están la compasión y el apetito, ambos, sea cual fuere su proporción relativa, se entrelazan. El deseo es inconcebible sin una herida.

Si hubiera seres sin heridas en este mundo, vivirían sin deseo.

El cuerpo humano posee arrojo, gracia, picardía, dignidad e innumerables capacidades, pero también es intrínsecamente trágico, como no lo es el de los animales (Ningún animal está desnudo.) El deseo anhela proteger al cuerpo deseado de lo trágico que encarna, y además, cree que puede hacerlo.

La conspiración es crear juntos un sitio, un lugar de exención, necesariamente temporal, que nos libere del dolor inconmovible que ha de heredar la carne. El lugar es el interior del cuerpo del otro. La conspiración consiste en pasar adentro del otro, donde cada uno será inhallable. El deseo es el movimiento del intercambio de escondites. (reducirlo al mero “deseo de volver al vientre” es una trivialización)

Acaricia una pierna con manos de amante. Ya sea para excitar o calmar, no tiene importancia. La caricia busca llegar más allá del fémur, de la tibia o del peroné, quiere alcanzar el mismísimo centro de la pierna, y el amante íntegro espera seguir esa caricia y residir allí.

No hay altruismo en el deseo. Desde el principio, participan dos cuerpos, y la exención cuando se logra, si se logra, cubre a ambos. Tiende a ser breve, y, sin embargo, lo promete todo. La exención anula la brevedad y, con ella, las penas asociadas a lo breve.

Desde el punto de vista de un tercero, el deseo es un paréntesis corto; para el que lo experimenta, es la inmanencia y el acceso a la plenitud. La plenitud es concebida a menudo como una acumulación. El deseo revela que es despojarse; la plenitud, de un silencio, de una oscuridad."

John Berger, «Giacometti», en My Beautiful, Centre Regional de la Photographie, Nord Pas de Calais, France.

1 comentario:

doblecableatierra dijo...

jaja, obvio q sos un ser querido Irupé!

sorry q me desapareci, ando a mil millones de revoluc por min! jajaj
no pienso mentir!

tengo muchas novedades!

deps hablasmo!!

nos vemso el lunes, q cagada!!

un beso


ju

Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...