lunes, 3 de noviembre de 2008

Reacciones antifeministas

"Sistemáticamente, tras una época de expansión y éxitos de las mujeres, viene a continuación una virulenta reacción patriarcal. Contra el nacimiento del feminismo en la Revolución francesa, se alzaron la guillotina y el Código napoléonico; frente a la victoria, tan trabajada de las sufragistas y la obtención del derecho al voto y por lo tanto la expansión de la democracia con el sufragio universal, se alzó la mística de la feminidad con toda su parafernalia. Tras la sacudida del feminismo radical, se alzó la reacción conservadora de los años ochenta liderada por Ronald Reagan en Estados Unidos y Margaret Thatcher en Inglaterra. Fue en ese momento cuando apareció la moda de la supermujer (superwoman), escondiendo, tras ese nombre tan rimbombante, la explotación que supone la doble jornada -trabajar fuera y dentro de casa- y además, ser una madre perfecta, amante excepcional y siempre guapa, por supuesto. Simultáneamente, se desarrollaron teorías de que tanto esfuerzo no merecía la pena, así que era mejor volver a casa. "La última reacción antifeminista no se desencadenó porque las mujeres hubieran conseguido plena igualdad con los hombres, sino porque parecía posible que llegaran a conseguirla." (Faludi, Susan. "Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna. Anagrama. Barcelona. 1993). "




Varela, Nuria. Feminismo para principiantes. Ediciones B. Barcelona. 2005.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, seguramente el anifeminismo no tiene que ver con la discriminación positiva, el exceso de intromisión del estado en la vida privada y la incitación mediática a la desconfianza, conflicto y revanchismo entre los sexos. ja ja. Se ve que tu visión no es nada parcial (sarcasmo).

Y sí, muchos hombres y también mujeres, no estan de acuerdo ni siquiera con los objetivos que propone el feminismo (ya ni hablamos de los sucios métodos con los que pretende conseguirlos). Pero lo que importa aquí es que cualquiera esta en todo el derecho de pensar como quiera y de actuar en consecuencia mientras no rebase ciertos límites, límites que son obvios, son los que siempre han existido para regir a los hombres libres. La justicia termina donde empieza la libertad genuina del otro.

Chao.

Paula Irupé Salmoiraghi dijo...

Hola anónimo. ¿Sucios métodos? No conozco. ¿Leyes para regir a los "hombres" libres? ¿No rigen para las mujeres? Tampoco te entiendo.

Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...