jueves, 22 de enero de 2009

Viaje al centro de la Tierra

"Una paparruchada", como decía mi viejo de las películas que nadie se creía.
Lo bueno es que la compró Rafael que ya la había visto en el cine y le había gustado tanto que quería verla de nuevo, que me preguntó por el libro de Verne y que me prohibió decir "qué hambre" ante las plantas carnívoras, las piedras magnéticas y las mandíbulas de dinosaurios usadas como bote. ¡Andá!

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...