jueves, 18 de junio de 2009

"Escribir es, también, una búsqueda del propio deseo"

"Apócrifa o no, toda narración conserva una huella autobiográfica. ¿Cómo manejar el pudor, cómo vencer la tentación de excesiva complicidad de un pacto autobiográfico explícito? El inocente jugo de manzana parece haber salido del bíblico árbol de la sabiduría cuando Valenzuela dice, sin titubear: "Lo más difícil de la escritura no es la página en blanco sino el alma en negro. Enfrentarte con tu zona más oscura. A la vez, es lo más interesante que tiene, porque es el momento en que uno se hermana con los otros ya que esos puntos oscuros suelen ser bastante comunes a todos. Creo que el intentar una autobiografía apócrifa, dándole a este personaje parte de mis vivencias, me sirvió para limitar la autocensura, otra de las grandes barreras de la escritura. Al mismo tiempo, tampoco quise ser descarada y revelar lo que no hacía falta. En ese vaivén entre lo real y lo ficticio, sentí que podía llegar mucho más lejos, ya que no hace falta hablar de algo personal en términos anecdóticos para exponerse en términos espirituales, anímicos, o eróticos. Escribir es, también, una búsqueda del propio deseo".
Escritura, deseo, erotismo: casi toda la obra de Luisa Valenzuela está recorrida por esa triple corriente. En su nueva novela, la cuestión cobra la incómoda forma de unas cartas obscenas que la protagonista escribió décadas atrás, tratando de complacer la oblicua curiosidad de su marido. "Sin duda, detrás de esto está la sombra de Anaïs Nin", dice la escritora. "Siempre me interesó la expresión del deseo y sobre todo la de la mujer, tan distinta de la del hombre y sin embargo tan próxima a ésta. Lo que me impresionaba de los cuentos de Anaïs Nin era que cumplían el deseo del hombre que se los encargaba, como ocurre con la protagonista de mi novela. Esa historia de sometimiento al deseo de otro es un nudo central de la novela: ¿por qué esta mujer aceptó escribir esas cartas procaces que traicionaban su propio deseo? La novela expone la búsqueda de esa parte de sí misma que respondió a ese pedido". "


Entrevista de María Moreno a Luisa Valenzuela a propósito de su novela La travesía.
http://www.luisavalenzuela.com/entrevista/mmoreno.html

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...