sábado, 7 de noviembre de 2009

Todavía sueño con mi ex

Es increíble, después de tanta agua bajo el puente, de diez años de terapia, de doce de separación, incluìdos uno de recaída y seis de separaciòn definitiva, cuando el miércoles me anunciaron que, después de dos años de papeleo, está lista mi sentencia de divorcio, anoche soñé otra vez con el padre de mis hijos.
Me justifico diciendo que es la despedida, que yo todavía necesitaría que él me reconociera lo buena que fui, que me dijera que está orgulloso de nuestros hijos (a los que ve salteado, de quienes no recuerda ni cumpleaños, a quienes psicopatea como es su estilo), que me confesara que si fuera más hombre quisiera volver conmigo para tener yo la oportunidad de decirle No, gracias, ya no te quiero.
El sueño fue así (y no me pidan narración sin comentarios de la narradora porque es imposible): Yo estaba embarazada (de él, claro, en el sueño era obvio aunque no nos vièramos desde hace años), medio embarazada, la panza me crecía y me bajaba de a ratos y yo pensaba que eso ya me habìa pasado antes (¿ya lo había soñado antes?) y pensaba si realmente estaba embarazada o era una fantasía mía.
Iba caminando por lugares desconocidos, por calles y plazas, buscaba donde votar algo (???) y no había lugar donde yo estuviera empadronada, me decían que era tarde, que los comicios cerraban a las 18 y eran como las 20.30 y que si quería votara para cumplir pero no era válido. Y yo discutía lo ridículo de la medida, pero era la pedo y seguía caminando.
A mi lado aparecía otra mujer, yo sabía que era la novia de Gustavo y que era mi amiga (nadie que conozca, chicas, no se asusten). La mina me acompañaba a buscarlo a él, hablando de no sé qué, seguro yo reclamaba algo, ella me decía que Gustavo no se caordaba de nada, ni de votar, ni de no sé que otra trámite que parecía muy importante y que cómo esperaba yo que se acordara de que yo tenía que parir. Buena onda con la mina, yo me daba cuenta de que ella lo conocía más que yo y no esperaba peras del olmo.
Llegàbamos a un pozo y yo sabía que Gustavo estaba allá abajo. Para llegar al fondo había que bajar por una escalera de tela. Parecía esas fiambreras de campinj en vez de escalones. Yo bahaba un par de pasos colgada de las sogas y ya con una panza terrible. Gustavo se asoma desde abajo y yo escuchaba voces de sus compañeros de descontrol. Él tenía los ojos y la boca deformados, rojos y llenos de ampollas. Yo le decía Voy a parir y èl me decía Andate. Y no era echarme ni despreciarme era Salvate vos que podés. Y me daba para que los subiera unos cuadernos o àlbunes de fotos (pienso en la interpretación lineal, en un salvá de mí lo valioso, pero no, no sé, no creo tener derecho).

Ojalá tuviera sólo un indicio de que él tiene la vida que quiere y no la que yo quise darle.

Fin

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una mujer medio medio loca me dijo ke soñar con determinada persona del pasado, era una desición personal. No se, Yo soñaba mucho con una amiga ke falleció. Era mi mejor amiga, pasaron varios años y ya no es tan frecuente. Debe ser que mi mente se Ocupa de otras cosas importantes y no le daja lugar a ese recuerdo. La verdad es ke no me gusta soñar con ella, se hace muy real el recuerdo.
Bueno seria elegir los sueños como en un video club...pero kien te asegura ke no iriamos a esa parte donde estn las películas ke no keremos ver mas, las películas del pasado que una y otra vez elegimos alquilas. Aunque sepamos que debemos devolverlas al otro dia, pues no nos pertenecen.
javierkorn@hotmail.com

Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...