martes, 2 de febrero de 2010

"Jorge Boccanera y la Poesía de la imposibilidad"

"Jorge Boccanera y la Poesía de la imposibilidad"
por Francisco Rodríguez (Profesor de la Universidad de Costa Rica en la Sede de Occidente)

RESUMEN
Fundamentado en planteamientos de Julia Kristeva y Jacques Derrida, el presente artículo examina la reflexión sobre la poética que el escritor argentino Jorge Boccanera realiza en dos de sus poemarios: Polvo para morder (1986) y Sordomuda (1991), en los cuales la preocupación por la palabra y la escritura misma es centro de indagación sobre un "ars poética". Se indica que el autor realiza una transimbolización de la lírica tradicional al plantear su concepción de poesía como imposibilidad.

1. Introducción.
La preocupación por un "ars poética" es evidente en los poemarios Polvo para morder (1986) y Sordomuda (1991) de Jorge Boccanera, aunque el texto que se propone una exploración específica del fenómeno de la producción textual es el segundo de ellos. Consideramos que este último, publicado en Costa Rica en 1991, sintetiza las indagaciones sobre poética del autor. En este artículo describimos y analizamos dicha poética.
Nuestra tesis propone que dicha reflexión sobre la poesía aparece atravesada por un código de la imposibilidad, en tanto trasluce las dificultades de intentar asir vivencialmente el fenómeno poético. Escribir, en este sentido, es un acto de incertidumbre ante la ignorancia del fenómeno poético, el cual se entiende como misterio viviente con el que convive el escritor.

2. Escritura e imposibilidad.
La preocupación de Boccanera sobre la escritura y su generación se inicia en el poemario Polvo para morder (1). En el poema I de este texto aparece un epígrafe del crítico francés Alain Sicard, en el que se apunta la idea de que la poesía no es elevación ni lujo, sino miseria y polvo. El texto indica que la poesía es pérdida, con lo cual se asocia el ejercicio de la escritura con el fenómeno de morder el polvo:

"A veces la palabra
como una copa rota donde morder el polvo
y otras veces un agua
de alumbrar
asomada a los cielos/ la palabra
es un tambor de polvo deshecho al primer golpe
remando en el infierno". (PM, p. 38)

A pesar de que la poesía no es un triunfo del poeta, sino un constante perder: intentar expresar ideas y conseguir formas, se introduce una ambigüedad esencial, en medio de la incertidumbre y la derrota, la poesía conduce a lo luminoso, al concepto de la pureza construido por la tradición judeocristiana, de ello son prueba los lexemas "agua/ de alumbrar/ asomada a los cielos". Lo que el poeta encuentra es mutilación, no puede asir las palabras, ellas son escombros, basura:

"¿y las palabras?
como arrumbadas ellas como
escombros
como montón o nada
qué decir
como basura humeando."
(PM, p. 42)

La tarea del poeta a la hora de escribir, a la hora de escoger las palabras, es una angustia ante las posibilidades de selección, es un sentimiento dubitativo ya que se le escapan los términos para las ideas que desea expresar. Esto lo plantea el fragmento el poema V de Polvo para morder recién citado: la búsqueda angustiosa del poeta por encontrar las palabras justas, labor que implica arriesgarse a no encontrar lo que se busca, arriesgarse a perder.
Esta exploración que señalamos es una problematización consciente en Boccanera, puesto que él mismo ha señalado que su intención es poetizar esa metáfora popular de "morder el polvo" que alude a una derrota dolorosa, porque "toda búsqueda poética es una mutilación, una derrota, la expresión de una imposibilidad" (1991a)
Por tanto, si el poeta desea investigar el fenómeno poético debe saber que se enfrenta con una derrota, puesto que nunca logrará llegar a la esencia de la poesía (no existe una "esencia de la literatura"), y que tal idea tan venida a menos en la posmodernidad es siempre un misterio inasible:

"finalmente
palabra
he de morder el polvo
para que tú
puedas mover las alas
para que yo
respire de tu aire
sin conocer
el aire que respiro". (PM, p.44)


Sin embargo, es en el último poemario del autor, Sordomuda, donde se desarrolla profusamente el tema de la generación poética a través del código de la imposibilidad.
En Sordomuda, la poesía es una imposibilidad que se materializa mediante la creación de un personaje, una sordomuda que ronda el proceso de producción poética. Esta construcción actancial particulariza la búsqueda del autor y diferencia este poemario de sus libros anteriores. En el poema "Aventuras" la Sordomuda está cautiva, aprisionada por clavos oxidados. Es la idea de la dificultad del trabajo del poeta, quien busca la esencia poética sin poder hallarla: "Loca de amordazada, emperrada, cautiva,/ hay clavos oxidados en tu lengua, hay soldados/ de plomo". (S, p. 15)
El recuerdo del poeta que cuando era niño ansiaba escribir poesía es el motivo del poema "Infancia". Sin embargo, esta remembranza evoca también el sometimiento que alguien hace de la poesía, mientras la Sordomuda llega a una casa, un niño mira por la ventana deseando ser tomado en cuenta por ella: "Nosotros espiábamos por la ventanita,/ temerosos/ y arracimados./ Todos queríamos que ella nos nombrara." (S, p.17)
Distanciado de una perspectiva metafísica, por ejemplo, la concepción platónica de la poesía como inspiración divina (2), Jorge Boccanera concibe el fenómeno poético como una práctica distanciada de la concepción de literatura como verdad, inspiración o bondad. Para él la poesía es un trabajo con el lenguaje pleno de misterio y ambigüedad.
Intentar arribar a la poesía es un drama del cual el autor sólo conoce su iniciativa, es ir a una cita sin saber adónde es, y con la desesperación dentro de sí, para que la poesía pase de largo sin concederle al escritor la posibilidad de conceptualizarla, de asirla, es, por tanto, una imposibilidad:

"-Escribir es, de alguna manera, ir a una cita.
-¿Con quién? ¿En qué lugar? ¿A qué hora?
-La misma expectativa, el sudor en las manos, la mente en blanco, la página igual (...)
-¿Y ella?
-Pasa ligero, dice "no lo conozco". (S, pp. 40-41)

En "El rock de la cárcel", la imposibilidad se traduce en la imagen de un autor que vive en un piso abajo del de la Sordomuda. Cuando él intenta escribir ella lo interrumpe poniendo la radio a todo volumen y bailando. Esta situación genera angustia en el autor, quien por momentos desea abandonar sus intentos de escribir y prenderle fuego a la Sordomuda. Es la dificultad del proceso de escritura cuando no se sabe exactamente lo que se desea escribir, la imposibilidad de planear los significados:

"Hace años que mi único deseo es cruzarme con
ella en la escalera,
y decirle a la cara; ¡me voy!
y rociarla con nafta,
y apagar mi cigarro en su vestido rojo". (S, p. 48)


Sin embargo, el poeta logra escribir cuando la Sordomuda se desnuda ante él, cuando ella le saca la lengua que asemeja la punta de un iceberg. Es decir, si el escritor logra concluir un trabajo sólo ha podido asir un fragmento ínfimo del fenómeno poético. Así lo expresa el último poema de Sordomuda, "Burlesque":

"Ella hace un strep-tease para mí solo.
Ella hace un strep-tease para mí.
Ella hace un strep-tease.
Ella saca la lengua
que es la punta del iceberg." (S, p. 50)


Pero también el poeta aparece en varios poemas de Sordomuda como un sirviente de la poesía, por ejemplo, en el texto "Telenovela":

"Yo soy tu lazarillo y te compro historietas y soy
tu guitarrista, el chofer de tu almohada, a
veces el jinete, a veces el caballo." (S, p. 25)

Esta servidumbre se asemeja a la concepción de poesía de Platón, quien considera que el poeta es un instrumento de la musa, mediante el cual el dios conduce el alma de los
hombres. Sin embargo, difiere de la concepción platónica porque para el autor griego, el dios es una divinidad exterior al poeta que se apodera de él, mientras que para Boccanera la poesía es un personaje ficcional creado por el mismo poeta, es decir no es un ser distinto al escritor, es una invención suya; el poeta es sirviente de sí mismo, de su propia creación. Esa servidumbre no logra superar la imposibilidad, por el contrario, es parte de ella. No importan los esfuerzos del escritor, siempre es una sombra en busca de la esencia de las palabras, aunque sabe que tal esencialidad es una utopía: "El poeta es apenas una sombra que corre por el /fondo, raspa el hueso del habla, busca una/ orilla en otro cuerpo, un pasadizo." (S, p. 28)
La poética de Sordomuda es un camino oscuro, se trata de un poeta que se explora a sí mismo y a su escritura. Por eso el autor eligió un personaje multívoco, que aparece y se transmuta, vuelve a aparecer y se marcha. Es una mezcla de imágenes, como si se estuviera viendo una película compuesta por cientos de figuras de otros filmes. En un momento está la Sordomuda en México (poema "Telenovela", p. 25), en otro hace "strep-tease" ("Burlesque", p. 50), en otro
desaparece ("Paciencia", p. 12), etc. Es una búsqueda mediante un personaje-objeto de reflexión evanescente y plurivalente, a sabiendas de que no se va a encontrar la esencia poética.
En la poética del autor es relevante la imagen visual, por eso sus personajes siempre tienen escenarios donde desenvolverse. Sordomuda se desarrolla en las urbes latinoamericanas. Por ejemplo, en el poema "Postal" (S p. 35) el personaje está en medio de una gran avenida de una ciudad que se asemeja a una inmensa cárcel, y escupe fuego.
La poesía-Sordomuda de Jorge Boccanera consiste en la certeza del escritor ante la imposibilidad, es la conciencia de una imposibilidad: nunca se aclarará la esencia de la poesía, no se podrá llegar al absoluto de la poesía porque no existe la totalidad ni el autor tiene el objetivo de llegar a ese final, a esa verdad.
La exploración de la generación poética no concluye en el fracaso porque eso significa que el autor tiene una idea superior, un objetivo final que pretende alcanzar y no logra. Tampoco la indagación consiste en la parálisis del escritor frente al papel en blanco, ya que el el poemario busca el fracaso a conciencia, busca una mutilación y logra su objetivo al no asir el personaje. Por último, la investigación no debe entenderse como una búsqueda sin fin, ya que se sabe de antemano que la poesía es una imposibilidad y el autor logra expresar su concepción. Así pues, la poesía-Sordomuda es la conciencia de esa imposibilidad que significa intentar conceptualizar la generación poética.

3. Una transimbolizacíon: la desacralización de la lírica tradicional.
Para Julia Kristeva, el símbolo es una categoría absoluta que plantea estructuras semánticas de valor universal. "Se trata de una práctica semiótica cosmogónica: sus elementos (los símbolos) remiten a una (de las) trascendencia (s) universal (es), irrepresentable (s) e incognoscible (s)." (1974, 35)
El concepto de poesía platónica al que se aludió anteriormente (la lírica como inspiración divina) se rige por la intención de considerar esta producción textual desde una perspectiva simbólico-universal. Tal definición está regida por la seguridad de afirmar "la verdad", es decir, conformar un absoluto: la poesía es esto.
Por el contrario, Boccanera transgrede tal definición desacralizándola, al textualizar un personaje-poesía que no tiene ninguna verdad absoluta que transmitir. También manifiesta dicha transgresión al considerar la poesía no como la tradicional musa, sino como una imposibilidad de la cual no se pueden asegurar nociones absolutas, sino tan sólo la certeza de que su búsqueda es un balbuceo en la plurivalencia del lenguaje.
"Como criatura de lenguaje, el escritor está siempre atrapado en la guerra de las ficciones (de las hablas)", ha señalado Roland Barthes (1974, 47). Boccanera explora el fenómeno de la generación poética, y concluye que su búsqueda es la conciencia de la imposibilidad; la poesía no se puede asir, debido a que es plurivalente; lo contrario implicaría definir (ponerle límites, atrapar) la literatura, ambición ya dejada de lado por los modernos estudios literarios. Confesar que se llega a un concepto final (total) sería negar la multivocidad, la literariedad que le es característica.
Siguiendo las apreciaciones de Kristeva acerca del símbolo, consideramos que el concepto de poesía-Sordomuda de Boccanera transgrede la noción de la lírica como símbolo e instaura la del signo, en tanto que la poesía no es ya la musa divina, sino la conciencia de la imposibilidad, es decir adquiere un carácter ambivalente y menos vasto. En la poesía tradicional (aquella anterior al vanguardismo) el autor está seguro de que la poesía es inspiración divina, imitación, creación, etc., mientras que en Boccanera esa certeza se desplaza a una incertidumbre que niega el absoluto. La consideración de la poesía-símbolo se traslada a la de la poesía-signo, porque adquiere sentidos menos amplios. Se manifiesta, entonces, un proceso de transimbolización, en el sentido de la preposición latina de acusativo trans: "más allá de", puesto que el contenido semántico universal que caracteriza al símbolo pierde tal vastedad y pasa a ser la conciencia de la imposibilidad de llegar a una definición "total", al concepto de verdad en relación con el fenómeno poético. Este proceso de transimbolización es lo que se denomina en este artículo desacralización del concepto tradicional de la lírica.

4. Los límites de la transgresión.
El desplazamiento de la idea de la poesía como inspiración en Boccanera implica la certeza de una transformación conceptual que Jacques Derrida ha planteado como el desplazamiento de la noción de centro:

"Se ha tenido que empezar a pensar que no
había centro, que el centro no podía pensarse
en la forma de un ente-presente, que el centro
no tenía lugar natural, que no era un lugar
fijo sino una función, una especie de no-lugar
en el que se representaban sustituciones de
signos hasta el infinito. (1989, 385)

Intentar una definición de la poesía (así como de cualquier otro género) implica definir la literatura, lo cual, señala Derrida, es infructuoso, porque la realización de la inscripción literaria (su posibilidad en tanto cruce de discursos), consiste en arrebatarse, en borrarse.
Si no existe un centro del lenguaje, como tampoco de la poética, queda la certeza del ejercicio literario como práctica del lenguaje que construye sus propios referentes y sus propias concepciones. Desacralizar la poesía, en el caso de los textos de Boccanera que examinamos, implica cuestionar aquellas ideas de poesía como verdad, bondad y belleza, y señalar que su existencia es un constante trabajo de dubitación, antes que instalar un nuevo centro de poética, es decir una nueva versión de "lo literario". El autor procura señalar, únicamente, que el trabajo literario no es más que una práctica del lenguaje.

5. Conclusión.
No existe una respuesta definitiva a lo que es la poesía en los textos examinados de Jorge Boccanera, ya que esto implicaría asignar un sentido absoluto a una práctica significante ambigua, cuya definición negaría esa ambivalencia fundamental que la caracteriza. Boccanera transgrede el concepto tradicional de poesía que considera el fenómeno como inspiración de las musas y plantea la idea de la poesía en tanto imposibilidad, es decir, transforma el concepto pero no trata de imponer una noción última y verdadera. Por el contrario, del diálogo entre esta transformación conceptual y los elementos negados, de estas diferencias, surge la certeza de que no existe un centro del lenguaje llamado poesía que sea posible esquematizar en una definición.

6. Notas.
1. De estos dos textos se citan las primeras ediciones: Polvo para morder. Buenos Aires: Ediciones Libros de Tierra Firme,
1986. Sordomuda. San José: EDUCA, 1991. En adelante para referirse a estos libros se usan las abreviaturas PM y S, respectivamente, junto con el número de página correspondiente.
2. Platón desarrolla esta categoría en el diálogo Ion. En este texto Ion dialoga con Sócrates acerca de la poesía.
Señala el segundo que Ion conoce tan bien a Homero porque posee una virtud divina: existe una musa que inspira a los poetas, los cuales, a su vez, inspiran a los rapsodas. Los poetas, por tanto, son instrumentos de los que se valen los dioses para transmitir sus ideas al público. Obsérvense los siguientes fragmentos del diálogo:
"Y dicen la verdad: un poeta es un ser liviano, alado, sagrado e incapaz de componer antes que sea poseído y fuera de sí, y la razón ya no esté en él. Mas hasta que posea este bien (la razón), todo hombre es incapaz de componer y de vaticinar (cantar oráculos). Puesto que (todos) componen y dicen muchas y hermosas cosas de determinados argumentos, como tú de Homero, no por arte sino por divina predestinación, cada uno es apto para componer bien sólo aquello hacia lo cual la Musa lo movió. (...) La divinidad, quitándoles la razón, como de ministros (siervos) suyos se sirve de ellos, y también de los que vaticinan y de los divinos profetas, por esta razón: para que nosotros que escuchamos, comprendamos que los que dicen cosas tan profundamente dignas no son éstos a los que la razón no asiste, sino que el que habla es el mismo dios y que nos habla a través de ellos.(...) Estos bellos poemas no son humanos (conformes a la naturaleza humana) ni de humanos (creación de hombres), sino de divinos y de dioses; por otro lado, los poetas, una vez inspirados, no son más que intérpretes de los dioses, cada uno según de cual sea inspirado".(1959, 46‑48. 534 B‑E. Traducción de la Dra. Flavia Siercovich B.)

7. Bibliografía.
Barthes, Roland. 1974. El placer del texto. Trad. de Nicolás Rosa. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores.
Boccanera, Jorge. 1986. Polvo para morder. Buenos Aires: Libros de Tierra Firme.
Boccanera, Jorge. 1991a Entrevista. San José. 12 de diciembre. (Comunicación personal).
Boccanera, Jorge. 1991b. Sordomuda. San José: EDUCA.
Cortés, Carlos. 1992 "Jorge Boccanera. Encuentro tardío, tardísimo y marimbero". (Entrevista). La Nación. (San José), 19 de agosto. Suplemento Ancora.
Derida, Jacques. 1989. La escritura y la diferencia. Trad. de Patricio Peñalver. Barcelona: Editorial Antropos.
Kristeva, Julia. 1974. El texto de la novela. Trad. de Jordi Llovet. Barcelona: Editorial Lumen.
Platón. 1959. Ione. Milano: Carlo Signorelli Editore.


Jorge Boccanera: Escritor argentino (Bahía Blanca-1952)

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