domingo, 5 de septiembre de 2010

Soltero en casa

Igual que la anterior pero más pedorra. En cable y empezada pero una no se pierde nada. ¿Por qué los enredos amorosos parecen desembocar siempre en la felicidad? ¿Por qué parece tan sencillo perdonar y ser perdonado? ¿Entender, rebovinar, volver al buen camino, al final feliz cuando dos se han enredado y desenredado tan ridículamente?

No hay comentarios:

Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...