miércoles, 8 de junio de 2011

Cuestión de refrenamiento

Callarse la boca

Por Pedro Mairal

04/06/11 - 12:48


Arturo Pérez-Reverte explotó en Twitter contra la adaptación a telenovela que hicieron de su libro La reina del Sur. No conozco el libro. O como dice Drummond de Andrade: “No lo leí y no me gustó”. Tampoco vi la versión audiovisual, pero me causaron gracia las frases despectivas y españolísimas del autor que describió la adaptación como: “Una caspaserie presunta y falsamente española, cutre y llena de errores intolerables, que avergüenzan al autor y a los lectores de la novela... La versión española ha sido una bazofia como el sombrero de un picador... Si llego a saber la versión casposa que iban a proyectar aquí, no habría consentido que se visionase en España”. No sé qué será una bazofia como el sombrero de un picador, pero suena bien. Pérez-Reverte es un gran puteador, incluso en sus columnas dominicales donde salpica las páginas hablando de “aquellos imbéciles” y “sois idiotas” y “gilipollas”.

Siempre me divierte ver la indignación de un escritor al ser adaptado al cine o a la televisión, porque alguna vez me tocó la misma suerte y de haber tenido Twitter en aquel entonces quizá me hubiera desahogado en seguidillas de 140 caracteres. Por suerte no lo hice. Hoy día, cuando me topo haciendo zapping con la película basada en mi libro, ya no me alarmo, veo un par de escenas, a veces hasta las disfruto, y después cambio pensando que tengo suerte de haber sido uno de esos autores indignados por la gran traición de un director. Es cierto que es difícil de tragar la experiencia. Es como que le hagan cirugía estética a tu hijo. Pero tiene que ser así y hay que omitirse, ceder los derechos y llorar todo el camino al banco. El director tiene que hacer otra cosa que no es un libro. De hecho tiene que traicionar el libro forzosamente y contar la historia a su manera. Es así, aunque duela en el amor propio.
No me convence la actitud de escupir on line lo que sale http://www.blogger.com/img/blank.gifde las tripas. Ultimamente noto una exaltación del psicópata, sobre todo en nuestro país. Parece ser mejor el que se desahoga sin filtro, el que grita más fuerte, el maltratador, el Cristian U. Los demás son caretas. Pero no estaría tan seguro. Hay poder de persuasión en el silencio, en dejar que el otro pierda el control. El poeta peruano José Watanabe tiene una antología titulada Elogio del refrenamiento, donde trata de definir aspectos de su herencia japonesa. En el epílogo cita al dramaturgo del siglo XVIII, Chikamatsu, que dijo: “El pathos es enteramente una cuestión de refrenamiento”. Yo no soy tan japonés, soy más bien tano, pero confío en la fuerza de callarse un poco la boca, al menos de vez en cuando.



Tomado de http://www.perfil.com.ar/ediciones/2011/6/edicion_577/contenidos/noticia_0016.html

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que sonríe cómplice de amor...