lunes, 12 de septiembre de 2011

Kiko Amat: Cosas que hacen bum


Kiko Amat

Menudo título, señores. Cosas que hacen bum tiene esa clase de títulos que te empujan a proyectar el brazo hacia la estantería para, como mínimo, leer la sinopsis. Después de leer la sinopsis, os lo garantizo, estaréis tentados de leer al menos la primera página.

La sinopsis, agárrense, es tan abracadabrante que resulta difícil de sintetizar. Un adolescente llamado Pànic Orfila, diferente, anárquico, reflexivo, obsesivo, amante de los libros y la canciones que esa masa estólida llamada humanidad ni lee ni escucha, conoce a los Vorticistas, un extraña banda de dandis revolucionarios del barrio de Gracia de Barcelona que tiene un plan secreto en el que se mezcla rebelión y hedonismo.

La primera página empieza de la siguiente manera:
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La obsesión es una fiebre. Una rabia loca, enfocada hacia un solo punto, que empieza a acelerar sin que nadie pueda detenerla. La obsesión es un deseo multiplicado, y ese deseo me ha llevado hasta aquí. Estoy volando a 111 km por hora en dirección a un árbol del camping La Ballena Alegre, en la autovía de Castelldefels. Cuando impacte contra él, mi cuello se partirá como un barquillo mojado en champán, pero de momento estoy paralizado en el aire en la postura de volar. Soy una pieza de taxidermista, suspendida del cielo por hilos de oxígeno. Los ingleses tienen una expresión para eso: in mid-air. Espero que esta parálisis pasajera me dé el tiempo suficiente para contar lo que tengo que contar; es una historia bastante larga. Estoy volando a 111 km por hora porque hace uno segundo estaba subido a una Vespa 160, conduciendo sin manos. Me subí a la Vespa porque antes intenté realizar el Último Vals Salvaje, y falló. Mi Último Vals Salvaje era la única manera que encontré para extirpar la obsesión. Ésta es una historia de obsesiones.

Después de estos antecedentes, cualquier persona con una mínima curiosidad literaria se verá obligada a comprar este libro y sumergirse en él nada más salir de la librería. Máxime si comprueba el nombre del autor, Kilo Amat (Sant Boi, 1971), uno de los articulistas más llamativos y pop del suplemento Cultura|S de La Vanguardia.

En Cosas que hacen bum leeremos sobre personajes raros, extramuros de la realidad, propios de las novelas más surrealistas de Eduardo Mendoza. También hallaremos sabiduría callejera y canalla a lo Juan Marsé. Una mirada nihilista y estupefaciente a lo Beat Generation. Un poco de Javier Calvo, otro poco de Felipe Benítez Reyes. Quizá algo de David Foster Wallace. Y sobre todo escenas que nos harán sonreír de formas diferentes.

A veces, con esa risa de chimpancé, rápida y jadeante. Otras, con la típica risa puntuada por oclusiones glóticas. Y generalmente, con una risa muda, interna, del que se ve reflejado en el protagonista o en sus pequeñas obsesiones. Del que se sabe diferente.

Por otra parte, la prosa de Amat es sencilla en su construcción, pero está supervitaminada gracias a la torrencial información que contiene. Porque el autor aprovecha cualquier oportunidad para referirnos los libros que le gustan, las canciones que escucha o las filosofías con las que comulga, todo ello sazonado de cinismo, contracultura, alcohol y drogas. Y dinamita, por supuesto.

Dinamita de la que, al explotar, cambia la polaridad de la mente, la estimula, la desafía de la misma manera que la distorsión del sonido desafió al oído hace unas décadas cuando los Beatles y la Velvet Underground comenzaron a sobrecargar sus amplificadores.

Editorial Anagrama Colección Contraseñas 304 páginas


Tomado de http://www.papelenblanco.com/fichas/arte/kiko-amatg

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...