sábado, 28 de enero de 2012

Proyecto Latinoamericano de Unión Poética

:: Entrevistas ::
Trazar redes de poesía latinoamericana
27-01-2012 |

Javiera Pérez Salerno y Sol Bembibre, dos de las integrantes del Proyecto Latinoamericano (de) Unión Poética (PLUP), hablan sobre esta editorial que rastreó su catálogo de plaquetas de forma itinerante.

Por FP.

El Proyecto Latinoamericano (de) Unión Poética nació a fines del año 2009, montado sobre otro proyecto: un viaje por Latinoamérica. Tenían algunas plaquetas de poetas argentinos y emprendieron la ruta hacia Bolivia, siguieron para el norte pasando por Perú, Ecuador y Venezuela, hasta México, visitando en el camino las escenas poéticas de cada lugar y haciendo circular esas primeras plaquetas. “Vamos a deslizarlas en bolsos ajenos, vamos a leerlas en fogones, vamos a olvidarlas en vagones de trenes”, anunciaban entonces. PLUP se presentaba como un proyecto de distribución artesanal de poesía, con un lado viajero y una sede en Buenos Aires, adonde harían llegar lo que fueran descubriendo por el camino.

El viaje se fue ramificando, los viajeros se multiplicaron, y la constancia de ese primer movimiento expeditivo son las distintas crónicas de viaje recopiladas en el primer blog del proyecto. Más de dos años después, muchos de esos viajeros están de vuelta en Argentina, pero la red está tejida: PLUP aglutina literatura latinoamericana actual producida en los márgenes del mainstream, en otros centros urbanos además de las capitales, donde hay gente que “está realmente reflexionando sobre poesía, pensando y escribiendo de una manera muy comprometida, muy sistemática”, asegura Javiera Pérez Salerno, quien lleva adelante el proyecto junto con Cecilia Eraso y Sol Bembibre.

En esta entrevista Javiera Pérez Salerno y Sol Bembibre hablan del origen del proyecto, del catálogo que se formó (que incluye tanto plaquetas que pueden descargarse en forma gratuita como videos caseros de lecturas) y de los planes para el futuro.



—¿Cómo se originó el proyecto?

—El proyecto empezó en el 2009. Yo tenía la idea de hacer un viaje por Latinoamérica y junto con algunas amigas, siempre interesadas en escribir, pensar y leer poesía, decidimos generar un proyecto editorial. En un primer momento fui yo la que lo llevó, pero después se fue ramificando, y empezamos a editar algunos autores que a nosotros en ese momento nos parecían interesantes. Entre ellos algunos amigos, como Juan Diego Incardona, que por ese entonces ya había publicado con sellos grandes; era el único del catálogo con algo publicado anteriormente, los demás eran más underground. Armamos un blog con el proyecto, en donde colgamos plaquetas, hojas descargables en A4 con un diseño, que tienen la facilidad de que se pueden descargar desde cualquier lugar del planeta. Están pensadas para ser descargadas e impresas desde cualquier lugar, entonces con muy poco dinero y esfuerzo se puede tener una pequeña colección de poesía latinoamericana actual.

—Están editadas, de alguna manera.

—Sí, están editadas y diseñadas. El diseño no es uniforme pero sí regular, con características estándar. La idea era ir conectando en mi recorrido con las escenas poéticas de otros países a partir de esta carta de presentación que traía con la que decía: traigo toda esta poesía argentina, pero no para quedarnos sólo con esto sino para sumar a partir de acá.

—Eso fue el comienzo, ¿hoy cómo siguen incorporando material?

—Nos mandan o en otros casos nosotras nos interesamos en alguien y le pedimos material. A partir de eso se edita. Como cualquier editorial. Después hubo otros viajeros en Chile, en Uruguay, que también llevaron nuestras plaquetas y conectaron con el ámbito de la poesía de cada lugar. Así se fue generando un vínculo del cual sacamos material para editar acá y para hacer conocer qué es lo que está ocurriendo en otros lugares, en otros centros urbanos, no solamente en las capitales. Llegamos a lugares como Maracaibo, por ejemplo. A su vez esas personas nos conectaron con otra gente que también estaba escribiendo: en Santiago de Chile, Begonia Ugalde o Inti García Santamaría en México. Lo que hizo PLUP fue trazar redes con lo que más nos interesa, que es la literatura latinoamericana.

—¿Narrativa también?

—Hubo de todo, en realidad. Usamos la palabra “poética” en sentido amplio. En principio nosotras tres estábamos más enfocadas en la parte de poesía porque es lo que nosotras trabajamos en nuestra vida cotidiana con más énfasis, pero después se fue abriendo y tenemos algunos narradores, mucha prosa poética también.

—Siendo un proyecto editorial colectivo, ¿tienen algún tipo de copyright?

—No, tenemos una licencia de creative commons para los autores.

—¿Cómo funciona?

—Te registrás en creative commons, entonces eso aparece en tu página e implica que vos podés reproducir la obra porque la idea es justamente la reproducción, pero citando la fuente, sin cambiar el contenido y citando al autor y al proyecto que lo envuelve. Registrás el pdf o lo que sería la imagen. También se pueden fotocopiar, no solamente imprimir. Y otra cosa que hicimos fue regalarlas en eventos o presentaciones de libros. La idea es que circule. A través del proyecto nos acercamos a gente que está realmente reflexionando sobre poesía, pensando y escribiendo de una manera muy comprometida, muy sistemática. En el camino te vas encontrando con un montón de cosas, buscábamos allá un espejo del interés que nosotras teníamos acá. Y fue impresionante porque fuimos encontrando un montón de poéticas distintas y de mucha calidad.

—¿Cómo es el catálogo hoy por hoy? ¿Cómo está compuesto?

—Tenemos una selección que está buenísima. Hay veinticinco plaquetas ya, la mitad son de autores argentinos y la otra mitad está compuesta más o menos por un promedio de tres escritores por país. El único que nos quedó medio en gatera fue Colombia, vamos a ver si este año podemos sacar a los autores de allá. Pero tenemos tres peruanos, tres ecuatorianos, tres venezolanos, una chilena, un mexicano, ahora vamos a sacar a los costarricenses, y seguimos buscando.

—¿Hay proyectos similares en otros países con los que se hayan puesto en contacto?

—Sí, está Big Sur, la revista, que no sé si tiene descarga de plaquetas online como nosotros, pero tiene cosas en común. También están las Elecciones afectivas que funcionan en todos los países. En un momento nuestro blog tenía crónicas de viaje, ahora todo eso quedó un poco de lado porque los que viajamos ya estamos todos acá.

—¿Fueron a todos los países de donde son los autores que publicaron?

—No necesariamente, pero estamos constantemente buscando. El año pasado y el anterior formamos parte de la organización del festival Salida al mar, junto con Cristian de Nápoli, que es el organizador desde la primera edición. Así que estamos focalizadas en lo latinoamericano, atentas, siempre leyendo, ese es nuestro material. Por eso ponemos mucho de nuestra búsqueda en el corpus. Por ejemplo a México no fuimos, pero conocimos a Inti [García Santamaría] porque vino a la Argentina, tuvimos mucho contacto con él y leímos mucho material suyo. Así vamos conociendo y buscando poetas. La idea era que no fueran poetas mainstream, sino poner el ojo en lugares donde nos parecía que pasaba algo interesante, enfocar y sacar ciertas lecturas que podemos sacar porque tenemos el acceso a hacerlo.

—¿Tienen forma de registrar la cantidad de descargas que se hacen de las plaquetas?

—No descargas pero sí visitas, de qué países están entrando a la página, cómo llegan. Muchos llegan de los blogs de los autores, pero otros caen directo desde Google. El año pasado trajimos a uno de los autores de PLUP a Salida al mar, un poeta ecuatoriano que se llama Fernando Escobar Paez –es la primera vez que viene alguien de Ecuador al festival– y él en Quito es un gran agitador cultural underground, entonces como el foco está muy puesto en él, se hacía visible desde allá nuestro proyecto.

—Igual la forma de circulación de la poesía no tiene que ver en general con los grandes medios, son más subterráneas.

Sí, más en otros países donde las condiciones de publicación son de muy difícil acceso. Hay lugares donde es muy difícil poder publicar en papel en una editorial.

—¿Y cómo es la experiencia de publicar así para el autor? ¿Qué feedback tienen de los autores?

—La mejor. Para la última edición de Salida al mar les pedimos a cada autor que nos hicieran un video muy lo-fi en sus casas o en donde quisieran, leyendo los poemas de la plaqueta. Y fue espectacular porque nos mandaron videos desde Lima, desde México, el de Begonia en un jardín, que es impresionante. Son ellos leyendo sus propios poemas, grabados con cámara de mano, bien caseros, como es nuestro proyecto: replicando el do it yourself y la estética más punk rock. Como el fanzine, pero con una vuelta más cibernética. Los pasamos todos en un intervalo del festival y estuvo buenísimo, fue una especie de interludio re interesante.

—Cuando ustedes se ocupan de la impresión en algunos eventos, los regalan. ¿En ningún momento se venden?

—Fuimos invitadas como editorial al festival de poesía en Rosario, y estábamos en un lugar donde todo se vendía menos lo nuestro, entonces eso nos generaba un poco de impresión. No se sabía si estábamos dando un folleto del festival, de una rotisería… La gente no le daba entidad por ser gratis, entonces en ese caso decidimos armar unas pequeñas colecciones y venderlas. Recuperamos solamente el costo de la inversión, no ganábamos dinero.

—No es un proyecto con fines de lucro.

—No. Pero es curioso cómo en determinados contextos, si no hay un intercambio que involucre dinero, no es tomado en cuenta. Era domingo a la tarde, en Rosario, mucha gente paseando por una feria y se confundía con un folleto, entonces decidimos darle la vuelta de vender las selecciones de cinco plaquetas, con un argentino o dos y los otros intercalados con el resto de los países latinoamericanos, para hacerlas circular.

—¿Ustedes escriben y publican poesía también?

Sólo Cecilia Eraso sacó libros de poemas, pero las tres escribimos, participamos de lecturas y festivales, tenemos publicaciones en revistas y plaquetas.

—¿Y cuáles son los proyectos para este año?

— Seguir editando algunos autores que tenemos ahí guardados y por otro lado tenemos la intención de darle una vuelta más para que se amolde a ciertas tecnologías nuevas. Nos gustaría ponernos al mismo nivel al que va la tecnología y que haya una posibilidad de sacarlos en formato epub para los dispositivos de lectura.



TOmado de http://blog.eternacadencia.com.ar/?p=19671#more-19671

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