lunes, 23 de enero de 2012

Sin luna

Por José Luis Zárate



SPACE 1999. Una explosión nuclear alejó a la luna de la Tierra. Pero tal vez más desconcertante fue ver a los mares del mundo ir tras ella.



Sin nuestro satélite natural pensamos que los eclipses se habían terminado. Tontos. La sombra de la Luna continúa dando vueltas allá arriba


Sin luna no hay mareas,no ritmos secretos en las profundidades. El mar ha muerto o se ha rendido. En las caracolas sólo puede oírse estática


Hemos perdido la luna. Complicados fenómenos naturales ocurren. Los lemmigs deben dejarles lugar a los lobos que en masa se suicidan.


No hay más locos durante la luna llena (desaparecida). La marea de la locura se queda inmóvil, filtrándose, gota a gota en nosotros.


Tal vez lo peor de la desaparición de la luna ha sido la oleada de mala poesía que la añora.


Con qué nostalgia hojeamos nuestros calendarios que nos indican, cada mes, el día en que la luna llena no llegará.


Desde la desaparición de la luna se han reportado borrosos videos de lunas llenas, eclipses que sólo les pasan a algunos afortunados.


Hay toda una generación de niños para quienes la canción de “Blue Moon” no tiene sentido.


REALIDAD AUMENTADA. Fue muy popular el app de la luna.


Al menos seguimos teniendo lunas nuevas.


Cuando trasladaron las rocas lunares nadie se fijó que dentro de garrafones y vasos el agua del museo se movió un poco en su dirección.


Basta con pintura negra para cubrir un satélite, luces imitando estrellas y así podrán ocultarnos la luna para alguna oscura conspiración.


En el futuro nos costará recordar, se impondrá alguna falsa noción, la gente asegurará que la luna era cuadrada, verde, que volaba al sur.



La conspiración no fue para hacernos creer que habían ido a la luna, era para que creyéramos que existió alguna vez un satélite allá arriba.


El Sr. Talbot ya no se esconde cada mes, ahorra mucho en cuchillas para rasurar y disfruta (el único tal vez) de las noches sin luna.


Desde que la Luna desapareció un instinto ancestral instó a los ratones a abandonar la Tierra.


Los extraterrestres pasaron de largo buscando lo que sus exploradores dijeron era un planeta azul indefenso con una luna insignificante.


Por algún motivo la desaparición de la luna volvió hacer muy populares esas esferas de espejos de los 80s.


La falta de luna fue predicha por autores de cf y fantasía a los cuales los ven con esa mirada que dedicamos a los culpables que escapan.



37 millones de libras costó el estudio que determinó que crear una luna artificial salía demasiado caro.



La luna, decían, era de queso. Los niños dicen que un ratón celeste acabó con ella. Hoy Deimos y Fobos nos parecen mordisqueados.


Dicen que el Apolo XI descubrió que la luna era una ilusión. Afirman que los astronautas están allá arriba aún, sin acabar de caer.



Santa Claus no existe, descubren los niños. La Luna tampoco, afirman. Miran nuestro cielo negro y se dicen que han abierto los ojos.


Globos blancos se elevan. Esferas de papel con velas dentro. Todos con la figura de la luna. Es un adiós. Lágrimas que viajan hacia arriba.



Lo que se hacía a la luz de la luna se hace ahora a la luz del sol. Menos romántico, cierto, pero se ven mejor los detalles.


Pesos y contrapesos. Desaparecida la masa de la Luna, la Tierra empieza a girar más deprisa. El día sorprende a todos los gallos en la cama.


Sin luna la Tierra gira más rápido. Sus vientos se aceleran. Más de un padre ha visto perderse a lo lejos niño y cometa.






Tomado de su muro de Facebook

No hay comentarios:

Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...