Lo que me acuerdo es que había una reunión familiar, no sé si estaban todos mis hermanos, si éramos chicos o grandes, si estábamos en el departamento de la calle Honduras al que íbamos cuando vivía mi abuela, o sea, cuando yo tenía 9 años. No sé si era Navidad o algo así. Yo estaba medio fuera de contexto, como siempre.
Llegaba como un gurú o un personal trainer o algo así que todo conocían menos yo y preguntaba quien quería "algo" que él hacía para dormir la siesta (???) Todos decían que no querían pero como yo ni sabía de qué se trataba me dejaba, para probar.
Entonces yo cerraba los ojos y el tipo me acostaba ¿en el suelo? y empezaba a pasar las manos alrededor mío pero sin tocarme. Iba diciendo cosas que yo escuchaba entre sueños (en el sueño y en la ¿terapia?) y no sé si me las decía a mí o a los demás que no sé si estaban ahí o se habían ido. Decía que yo tenía que tener cuidado, que tenía algo muy peligroso adentro, que tenía ¿al oscuro? ¿al ser más temible? No decía ninguno de los nombres del diablo pero a mí me sonaba a eso o a algo tipo "el depredador natural" del que habla Clarisa Píncola Stess en Mujeres que corren con los lobos (Esta es una narracción de sueño con citas bibliográficas).
La cosa es que yo quedaba medio dormida, medio acurrucada ahí y cuando me estiraba me metía los dedos en la boca y empezaba a sacar como un hilo negro, como algo de pasta que se iba a cumulando delante mío y formaba una escultura o un montón de algo.
No me pregunten si yo quedaba bien (mejor) o la cosa creada era muy artística o tenía vida porque no me acuerdo más.
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