viernes, 16 de marzo de 2012

Reina Cristina

La "filosofía del lenguaje" K


por Beatriz Sarlo para La Nación


Según la filosofía del lenguaje K, la lengua es mágica. Por lo tanto, tiene que ser sólo propiedad de la Presidenta, ya que los poderes de enunciar o silenciar tendrían siempre efectos materiales. El unicato cristinista es, en primer lugar, un unicato de enunciación. Muchas veces me he preguntado por qué razón, ya que ella no habla con el periodismo, no existen emisores del tipo de Alberto Fernández, que cumplían esa función de amistoso off the record hasta 2008. Mi pregunta es irrelevante porque Cristina trajo una novedad: todos los lugares desde donde se habla han colapsado menos uno, el que ella ocupa todos los días, porque esa realidad fundada en el lenguaje corre riesgos en ausencia de su discurso, que es el único que garantiza la existencia. Hasta sacó del Gabinete al chistoso Aníbal Fernández, que reproducía en carbónico los humores presidenciales, porque, al emitir esas reproducciones, no se respetaba el unicato de la enunciación. ¿Quién le conoce la voz a Abal Medina? ¿Quién escuchó alguna vez al taciturno Máximo?
Estas cuestiones discursivas son directamente políticas. La "filosofía del lenguaje" K arma sistema con una concepción del poder unificado; es antipluralista y discrecional. Se puede acordar con muchas medidas tomadas por la Presidenta. Es posible, incluso, coincidir con muchos de sus motivos o diagnósticos. Pero no es posible disentir: toda contradicción es un ataque y todo ataque se personaliza.
Cada vez que alguien recuerda la forma secreta en que Boudou fue elegido vicepresidente, las consecuencias del unicato podrían convertirse en lección práctica sobre las conveniencias de un juego más abierto. Nadie pide que Cristina Kirchner se convierta en una demócrata a la uruguaya. Eso va contra sus reflejos y probablemente también contra un estilo argentino, dado a atropellar, que los votantes no han rechazado últimamente. El unicato lo ejerce una personalidad política autocentrada, desconfiada de cualquier pluralismo, hipersensible a las críticas, renuente al diálogo salvo con sujetos ausentes ohttp://www.blogger.com/img/blank.gif en estado de dependencia. Los diferentes relatos pueden cambiar, lo que se mantiene estable es el lugar desde donde Cristina los enuncia. Ese es el núcleo duro e inabordable del poder. Todo lo que queda por hacer es desear que no se equivoque.


Etiquetas: Reina Cristina Publicadas por Linkillo a las 12:15 PM

Tomado de http://linkillo.blogspot.com/2012/03/la-filosofia-del-lenguaje-k.html

3 comentarios:

Darío dijo...

Esta nota es maravillosa. Hablar de una "filosofía del lenguaje K" es todo un reconocimiento. Saludo.

Paula Irupé Salmoiraghi dijo...

Claro, tb lo es llamarla "Reina Cristina", reconocer una reconoce.

Unknown dijo...

Sarlo cada día más demente.
Cordialmente,
Yo.

Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...