viernes, 11 de enero de 2013

Maestro

Si un perro fuera tu maestro, aprenderías cosas como:

Cuando tus seres queridos llegan a casa, siempre corre a saludarlos.

Nunca dejes pasar una oportunidad para ir a pasear.

Deja que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea de puro Éxtasis.

Toma siestas.

Estírate antes de levantarte.

Corre, brinca y juega a diario.

Mejora tu atención y deja que la gente te toque.

Evita morder cuando un simple gruñido sería suficiente.

En días cálidos, recuéstate sobre tu espalda en el pasto, patas abiertas.

Cuando haga mucho calor, toma mucha agua y recuéstate bajo la sombra de un árbol.

Cuando estés feliz, baila alrededor, y mueve todo tu cuerpo.

Deléitate en la alegría simple de una larga caminata.

Sé leal.

Nunca pretendas ser algo que no eres.

Si lo que quieres está enterrado...escarba hasta que lo encuentres.

Cuando alguien tenga un mal día, quédate en silencio, siéntate cerca y suavemente hazles sentir que estás ahí...

2 comentarios:

patriciazampieri dijo...

Me encantó Paula!!!, bueno, como casi todo lo que leo en tus blogs, (aunque no escriba ningún comentario, de hecho, ésta es la primera vez que lo hago).
Un beso grande, Patricia, (compartimos los Seminarios de Literatura paraguaya y de Literatura japonesa).

Paula Irupé Salmoiraghi dijo...

Gracias, Patricia. ¿Este año qué literatura hacemos?

Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...