martes, 22 de enero de 2013

Reliquia de los tiempos en los que las parejas se acostaban a oscuras



CINE Y LITERATURA | Un estereotipo en decadencia


La muerte de la 'femme fatale'
Ava Gardner y Marlene Dietrich, ejemplos de mujeres temidas y deseadas.


Escritores, cineastas teóricos y mitómanos las evocan

Luis Alemany | Madrid
Actualizado lunes 07/03/2011 02:14 horas


"Yo es que no me explico que Scarlett Johansson, que está bien y tal, se haya convertido en la gran mujer de nuestro tiempo y que, en cambio, Linda Fiorentino haya pasado casi desapercibida durante los últimos 20 años, cuando es una mujer infinitamente más interesante y con más matices".

El quejío del escritor David Torres viene al hilo de un ensayo de Kevin Nance llamado 'Cherchez la femme fatale', sobre la decadencia del estereotipo de la mujeres fatales... Artículo que, casualmente, ha coincidido con la muerte, ay, de Jane Russell. Y el caso es que el olvido de Fiorentino refuerza la tesis de Kevin Nance. ¿De verdad que preferimos a la mona y un poco sosa Scarlett antes que a la turbadora y durísima Fiorentino? "Scarlett, comparada con Fiorentino, es una ovejita", contesta el columnista de EL MUNDO Santiago González. Y perdonen ustedes si los chicos suenan (sonamos) un poco sexistas cuando hablan de la chicas que les gustan.

Volvamos al artículo de Kevin Nance. Su tesis es sencilla: el personaje de la 'femme fatale' se nos ha quedado un poco retrógrado porque relaciona la maldad con la mujer. Y lo que es peor, con la mujer liberada sexualmente. Pero se podrían añadir algunas ideas más: "A mí me parece que esto tiene que ver con la banalización de todo que traído la televisión. Esas diosas del cine, cuando aparecen en una tele, parece que son menos diosas, ¿no? Y lo mismo ha ocurrido con el propio sexo", continúa González.

"Es que con la tele, el sexo se ha banalizaedo. Recuerdo el día que vi 'Hablemos de sexo con mi padre. ¡Fue terrible!", dice Santiago González

El periodista, llegados a este punto, divaga un poco, pero lo hace muy bien. "Me acuerdo de una noche, cuando tenía treinta y tantos, que fui a cenar con mis padres. Al terminar, mi madre se fue a dormir y mi padre encendió la tele. Puso aquel programa, 'Hablemos de sexo', que presentaba aquella mujer con cara de monja seglar..." ¿Elena Ochoa? "Sí, ésa, la que se casó con Foster. Es que si ese programa lo hubiera presentado una Jane Russell hubiese sido insoportable. Bueno, pues una mujer del público preguntó si era peligroso tragar el semen de su compañero. Y Elena Ochoa empezó a contar que el semen era en un 90% agua, en un 10 % nosequé... Y justo entonces, mi padre, sentado al lado de su hijo adulto, no pudo soportarlo más y dijo: '¿Qué guarrada es ésta?'. Fue muy duro para él. Y para mí".

Fin de la divagación. Resumen: nos hemos liberado sexualmente, nos hemos deshecho de muchos tabús y ha estado bien que fuera así; pero, por el camino, se ha perdido una parte del misterio.

"La mujer fatal es una reliquia de los tiempos en los que las parejas se acostaban a oscuras. Ahora, las veladuras se han caído todas. Y también es una reliquia del cine negro, que es un género en desuso", concluye González.

Le toma el relevo Guillermo Solana, conservador jefe del Museo Thyssen Bornemisza de Madrid y comisario de las exposiciones 'Eros' y 'Heroínas' (inauguración, el martes que viene) que, de alguna manera, tienen algo que ver con la idea de 'femme fatale'. "La decadencia del personaje puede tener que ver con la asunción de algunas tesis feministas y con la higienización del sexo. Ahora, el sexo es más una serie de destrezas gimnásticas. Antes, era algo más complejo. Igual que es muy complejo el personaje de la mujer fatal, que es pasiva y agresiva, que es desafiante, que hace sufrir y sufre...".
Citas a Cátulo

"¡A mí me acaba de salir la primera 'femme fatale' de mi obra!", recuerda David Torres, en referencia a la Julia de su reciente 'Punto de fisión'. "Y me salió bien... Es una mujer moderna, con versos tatuados en los brazos. Tiene en un brazo escrita la frase de Cátulo: 'Odi et amo'. Asalta sexualmente a su jefe y aprovecha la ocasión para deshacerse de él. Es una manipuladora, que creo que es el rasgo esencial de las mujeres fatales".

Al escritor y cineasta Álvaro del Amo, en cambio, no se le ocurre, ninguna mala hembra que haya salido de su pluma. Sin embargo, su faceta de crítico de ópera de EL MUNDO le permite recordar que "mujeres fatales como Manon y Salomé aparecen cada año en nuevos montajes y así, se actualizan".
El problema es vuestro

Nos falta que hable una chica, ¿verdad?. Llucia Ramis, autora de 'Egosurfing' (Premio Josep Pla en 2010) contesta en un par de correos desde un aeropuerto: "Diría que los hombres se han vuelto muy comodones y no quieren líos. O a lo mejor es que tienen un problema de autoestima y creen que no podrán superar el reto...".

Y continúa: "Me gustan las mujeres fatales desde un punto de vista ideal o narrativo, pero no real. No me gustaría que me considerasen una mantis religiosa, por ejemplo. He 'parido' alguna mujer fatal, pero lo es por desidia y aburrimiento. Como no logra admirar a su novio, lo desprecia y corta con él de la forma más cruel. En realidad se refugia en el odio que siente por el otro para no tener que admitir el propio asco por sí misma. Está voluntariamente incapacitada para sentir, y carece de empatía".

¿Alguna mujer fatal literaria? Ramis contesta con una pregunta: "¿Considera fatales a Jean Rhys, Janet Malcolm, Sylvia Plath, Ann Sexton y Colette? No me lo había planteado hasta ahora. Supongo que George Sand entra en la lista. Pero, en realidad, más que mujeres fatales, son mujeres con carisma. La verdad es que aún no sé muy bien qué es una 'femme fatale'".

En cambio, los muchachos consultados lo tienen mucho más claro. "Ava Gardner y Charlotte Rampling son mis favoritas", explica David Torres. "A mí me gusta Kim Novak, que tiene un punto más cotidiano, más próximo, no sé si me explico...". ¿Como si fuera la amiga de tu hermana mayor, por ejemplo? "Justo". ¿Y eso es mejor? "Claro".

Por supuesto, Santiago González es el que tiene el mayor álbum de 'vírgenes negras'. "Jane Russell tuvo su momento, pero luego hizo 'Los caballeros las prefieren rubias' y se quedó en 'la amiga alta y un poco gansa de Marilyn'. Eso sí, hay una foto por ahí, que la tía sale recostada y te mira y uno se echa a temblar. Luego, Ava Gardner es la número uno indiscutible, claro; pero también me acuerdo de Gloria Graham, de Dorothy Malone, y ya en los 80, de Jessica Lange y Kathleen Turner... Pero ésas fueron más flor de un día. Lange hizo después 'King Kong' y así no hay manera".

¿Y nadie va a nombrar a Marlene Dietrich? "A mí me gusta Marlene Dietrich", responde Llucia Ramis. Muchas gracias.


Tomado de http://www.elmundo.es/elmundo/2011/03/04/cultura/1299250572.html

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