miércoles, 21 de agosto de 2013

Reparadora

No hay como una buena tarde en Puán para curar todas mis heridas docentes. Vuelvo al ruedo (porque me la banco y porque, graciadió, existen las tardes sin escuelas)

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...