viernes, 31 de enero de 2014

Donde el mate circula

"La realidad es el lugar donde el mate circula".


Osvaldo Lamborghini. Sebregondi se excede.

De Bossi para Perez

Querido Pablo:

No te conozco personalmente, pero ayer terminé de leer tu libro, escrito hace muchos años y reeditado ahora por Blatt y Ríos, Un año sin amor, y estoy conmovido. Por qué? No lo sé, tendría que pensarlo. Imagino que voy a estar mucho tiempo más, todavía, pensando en eso. En tu escritura, en tu inocencia. Si Allen Ginsberg, en Aullido, dice que todo es santo, yo al terminar de leer tu Diario del Sida (así, sin metáforas) sentí que todo, desde la primera palabra hasta la última, era santo también. Era inocente. Incluso las prácticas SM, que podrían escandalizarme un poco (sigo siendo un muchacho de pueblo) son una prueba extrema de esa inocencia. Algún día escribiré algo más extenso sobre este asunto. Y si no lo escribo, no importa. Tu libro está ahí, tu deseo de amor está ahí, hermoso y triste como pocos, aunque por momentos me haya reído tanto... Reído de qué, te preguntarás. De la tristeza, del cansancio, y de las maneras que encuentra el deseo (absurdas, desopilantes a veces) para sobreponerse. En fin, Pablo. Abrazo grande, y muchas gracias por escribirlo.

Osvaldo



(Tomado de su muro de facebook)

Peter y Vandy

Otra comedia romántica. Pero rara: cortada en flashback y escenas que hay que ir reconstruyendo. Lo que se cuenta es muy simple y muy angustiante: "Así somos cuando estamos juntos, eso no va a cambiar". Y ambos dicen que no son ellos mismos, y se separan y vuelven y ven otras parejas maltratarse y desviar sus vidas individuales para sostener la pareja. Y una de afuera empieza a sentir el miedo a que sea imposible estar con alguien sin dejar de ser una. Pero también la posibilidad de ser "otra cosa", "algo más" (y no algo menos) al estar con alguien.
Maravillosa la captación de los pequeños gestos que hacemos por agradar y lo pesados que nos ponemos por agradar.

El lado luminoso de la vida

Buen título. Magda dice que debe ser "el lado positivo de la vida", por lo que dice el prota. Pero luminoso está mucho mejor.
Linda. No me partió la cabeza, una comedia romántica más, pero lindo lo del baile y lo de las cartas y el negro que dice que hay que "ennegrecer" los pasos.

Visitantes

300.044. Qué número raro. No vi el contador cuando llegó a los 300 mil, aunque no sé cuál es ese amor por los números redondos. Lo vi cuando estaba tipo 299.500 y algo y después se me pasó.
Creo que me impactan más los números raros. Y no saber quién está ahí afuera. Cuántos.

jueves, 30 de enero de 2014

Buen dibujo para pared

El hombre de al lado

Me encantaron los personajes, su jodidez, su chotada.
Venía divirtiéndome bárbaro hasta que, pum, los títulos finales. ¿Yo me distraje o qué pasó? (Prometo buscarla entre las pelis acumuladas y volverla a ver más tranqui)

Stark Trek, la peli

La pesqué empezada en el cable. Enseguida me dio mucha nostalgia: de Martu y de esas imágenes que mi cabeza no sabe si vio alguna vez ordenadas y completas o son parte de mi memoria hecha colador de plástico que retiene o suelta sin ton ni son.
Me quedé allí hipnotizada, anotando frases resonantes que, sacadas de contexto (como me gusta hacer con tantas películas), suenan como profecías.

Bien el tema del doble: el clon y la réplica o prototipo.

Toda escritura "bella" es oscura

Fragmento del texto "Desaparecido en Cabo Cólera", de John Berger:



"La autenticidad en la literatura no proviene de la honestidad personal del escritor. Existen grandes escritores que eran mitómanos. El escritor, como la mayoría del resto de los mortales, no cumple por lo general con su palabra. Y, además, muchos escritores (no todos) son excesivamente egocéntricos, ciegos a todo aquello que les da la espalda. El desconcierto de los lectores cuando conocen a un escritor que admiran comienza probablemente con la confusión que produce la verdadera fuente de su autenticidad. No se trata seguramente de su honestidad o su sabiduría; menos aun de su devoción a la belleza o a la estética. Toda escritura "bella" es oscura. La autenticidad proviene de una única fidelidad: la fidelidad a la ambigüedad de la experiencia. La energía radica en el modo en que un acontecimiento lleva al otro. El misterio no está en las palabras sino en la página escrita".

miércoles, 29 de enero de 2014

Para soñar

La Indomable, La Madre, La Harpía y La Bruja

Las fases del ciclo menstrual son arquetipos que evidencian el baile de hormonas sexuales que acontecen en nuestro cuerpo. Que nuestro cerebro esté bañado por los estrógenos genera estados físicos, psíquicos y anímicos muy diferentes a si es la progesterona la que está correteando por nuestras venas.

A modo de resumen, podemos decir lo siguiente. La fase preovulatoria es la joven, la adolescente, la rebelde, la virgen (en su acepción original de “no necesitar del otro para estar completa”), la Indomable. De entre sus superpoderes destaca su locuacidad, intelectualidad y sus altos niveles de atención y concentración. Es la mejor fase para planificar, emprender, comenzar a dejar un hábito, hacer deporte y crear nuestro espacio propio.

La fase ovulatoria es la lujuriosa, la Gran Señora, la madre (como arquetipo de fertilidad y nutrición), la Poderosa Afrodita. Destacamos como superpoderes su poder de convicción, su dominio de las relaciones personales y su sensualidad voluptuosa. Si tuviésemos una reunión de trabajo, éste sería sin duda alguna el mejor momento del ciclo. Aquí dominamos las relaciones tanto por el carisma como por el atractivo que desprendemos. Es la fase en la que nos suelen decir que estamos “de guapo subido”.

La fase premenstrual es la guerrera, la reina de la oscuridad, la destructora/creadora, la Arpía. Es aquella que se encarga de poner los límites. Esta fase es una de las menos valoradas y es una de las más potentes (aunque en sí, todas lo son). La rabia es el motor de acción y creación más potente que tenemos. La rabia señala aquello que hemos de cambiar. Y para cambiar y crear algo nuevo se ha de destruir lo viejo. En esta fase, el nivel de lucidez es muy alto. Estamos muy sensibles por el balance hormonal y podemos apreciar lo que ocurre de una manera muy precisa. Las tonterías que hemos aguantado en la fase ovulatoria por mantener la armonía de las relaciones (su punto fuerte) no las toleramos en ésta. La clave de esta fase es actuar, aprender a soltar el miedo a esa agresividad implosiva que hemos aprendido las mujeres por cultura. No es mejor callar. Lo mejor es pasar a la acción, pues sin acción la rabia nos asfixia y nos consume. Es este nivel de violencia hacia nosotras mismas lo que nos hace daño.

La fase menstrual corresponde a la anciana, la sabia, la Bruja. En esta fase, el cuerpo acostumbra a demandar descanso, ya que nuestro útero está haciendo un trabajo intenso: expulsar el endometrio. Es un momento para la calma, en el que el sueño onírico tiene mucha presencia. Ocurre que en esta fase hemos aprendido que no hemos de descansar. En los años 60 en EEUU, Tampax avisaba a las mujeres de que en esta fase no podían tomarse un respiro de sus tareas, porque su marido se había casado con una esposa a jornada completa. Hoy nos cuentan que en “esos días” podemos ir a montar a caballo con ceñidos pantalos blancos. Como si nos apeteciera. Como si, en realidad, solo “las quejicas y las desinformadas” no supieran que, con “la regla”, se puede hacer todo. Mismo discurso, diferente argumento. Ahora tenemos trabajadoras a jornada completa en lugar de dóciles amas de casa, pero la historia se repite.



Erika Irusta

Mijita mujer

Hace horas que estoy leyendo, compartiendo, copiando, citando, leyendo deslumbrada y feliz una página que tomé del feis de Magda. Ella es la que hace rato me dice que quiere usar la copa menstrual y yo la que le frunzo la nariz y no me animo (ni para mí ni a alentarla a ella).
De pronto, como si no fuera obvio, me doy cuenta de que ella ya decidió, que encanrgó su copa y lee y busca cosas que "no le dio mamita" y que son una apuesta mucho más arriesgada, unos cuantos pasos más allá de la "¿línea?", círculo digamos, en donde yo creí haberla criado.

Más allá del miedo infantil que me da verla alejarse de mí, me tranquiliza tanto que crezca y sea y se queje de que "acá parece que la madre soy yo" (y mamita se hace la boba para pasarla bien, je)

4 superpoderes


Foto: Ezequiel Tejero
Foto: Ezequiel Tejero
ERIKA IRUSTA ES PEDAGOGA, EXPERTA Y DIVULGADORA EN CICLO MENSTRUAL Y CORPORALIDAD FEMENINA, ADEMÁS DE DOULA
POR EVA DOMINGO
La vizcaina Erika Irusta acompaña a las mujeres que lo desean a «vivir con gozo su cuerpo de mujer». Una de las claves que otorga es el conocimiento de que la mujer va cambiando y tiene diferentes dones y retos a lo largo de las cuatro fases de su ciclo menstrual.
UNA APLASTANTE MAYORÍA DE MUJERES (POR NO DECIR TODAS), DESDE LAS MÁS JÓVENES A LAS MAYORES, HEMOS VENIDO CONSIDERANDO LA MENSTRUACIÓN COMO UNA ESPECIE DE MALDICIÓN, UN MONSTRUO QUE NOS HACE LA EXISTENCIA MÁS DIFÍCIL, EL ORIGEN DE BUENA PARTE DE NUESTROS MALES O, CUANDO MENOS (Y EN EL CASO DE LAS MÁS OPTIMISTAS), UN ROLLO QUE NOS COMPLICA LA VIDA DURANTE VARIOS DÍAS TODOS LOS MESES. USTED ROMPE CON ESA VISIÓN NEGATIVA E INVITA A LAS MUJERES A CONECTAR CON SU MENSTRUACIÓN. 
Sí. Es que no queda otra. Es fundamental que cuestionemos los cuentos e historietas varias que nos cuentan (y contamos) en relación a nuestro cuerpo. Hay un importante nivel de desinformación y malinformación en torno al cuerpo femenino, que se evidencia en cómo nos sentimos en nuestro cuerpo. Sí, tenemos mucha información clínica sobre cómo ha de funcionar. Todo lo intelectualizamos, pero la experiencia de habitar un cuerpo concreto, uno de mujer que menstrúa, no nos permitimos vivirla. Uno de los porqués reside en cómo, nuestra cultura, interpreta el ciclo menstrual. Los tabúes que se pasan de generación en generación van anidando en nuestro inconsciente y, aunque nos creamos muy liberadas, la experiencia de menstruar (que viene a durar unos 35- 40 años) sigue siendo “algo” que se nos atasca.
Hemos dejado que la clínica nos defina. Hemos aceptado que los dolores menstruales son algo normal, inherente al hecho de haber nacido en cuerpo de mujer. Yo siempre invito a reflexionar sobre qué ocurriría si tuviésemos intensos dolores a la hora de hacer de vientre. Es bien seguro que el/ la médico de turno nos recomendaría hacer mil pruebas, porque se entiende que es altamente incapacitante padecer estos dolores y que es síntoma de una enfermedad o desarreglo. Ahora bien, cuando una mujer de 21 años va al ginecólogo acusando fuertes dolores menstruales, es común que le prescriban la píldora anticonceptiva y le digan que es normal. Que de ahora en adelante ésta será su rutina y que, o bien se hormona, o bien tiene un hijo. Es decir, inhibir el ciclo menstrual de manera química o biológica. Como si alguna de estas dos recomendaciones fuera a tratar este problema porque, en la mujer, como en el hombre, no hay ningún proceso fisiológico que deba doler. Menstruar no ha de ser doloroso. Parir tampoco. Pero en nuestra cabeza, ahí al fondo, sigue martilleando esa retahíla del Génesis que nos espeta: «Mujer, por tus pecados, parirás con dolor».
Kate Millet, en su libro “Política Sexual”, afirma lo siguiente: «La jerga contemporánea denomina la menstruación como The Curse (“la maldición”). Existen considerables evidencias de que las molestias que las mujeres sufren durante su período a menudo es probable que sean psicosomáticas más que fisiológicas, culturales más que biológicas, en su origen. […] Contextos y creencias patriarcales parecen tener el efecto de emponzoñar las propias sensaciones físicas de las mujeres sobre sí mismas, hasta que a menudo esto se convierte verdaderamente en la carga que se dice que es».
Esto es, la cultura, el sistema cultural en el que vivimos nos moldea. Claro que hay enfermedades ginecológicas que acusan de fuertes dolores y desajustes hormonales, pero no son la mayoría. De hecho, siempre se ha de comprobar que no se trate de una enfermedad. Esto no se suele hacer porque, como hemos dicho antes, se da por hecho que el dolor va con el proceso. Somos animales sociales y la cultura nos da forma. Ésta la aprehendemos a través de nuestro entorno más inmediato y en especial de la relación con nuestra madre (o quien ocupe su lugar). La relación real que nuestra madre ha tenido con su cuerpo y con el ciclo menstrual es el espejo donde nos miramos y de donde aprendemos. Este espejo suele estar empañado y roto por esa herencia de mujeres en las que nuestro cuerpo, nuestros fluidos y nuestro deseo son objeto de desdicha y vergüenza. Sí, es posible que visto así parezca oscurantista y anacrónico (o no), pero como dijo Germaine Greer, «si crees que estás emancipada, prueba tu propia sangre menstrual. Si te pones enferma, es que aún te queda un largo camino por recorrer, tesoro».

MÁS ALLÁ DE LO QUE LLAMAMOS LA REGLA, ESTÁ EL CICLO MENSTRUAL (DE 28 DÍAS APROXIMADAMENTE), QUE ENGLOBA LAS CUATRO FASES POR LAS QUE ATRAVIESA LA MUJER; ÉSTAS VIENEN A SER COMO CUATRO ESTACIONES EN LAS QUE, SEGÚN AFIRMA USTED, NOS TRANSFORMAMOS EN CUATRO MUJERES DISTINTAS. EL AUTOCONOCIMIENTO DE NUESTRO CICLO NOS VA A APORTAR GRANDES BENEFICIOS. ¿POR DÓNDE PODEMOS EMPEZAR ESE TRABAJO DE AUTOCONOCIMIENTO Y QUÉ BENEFICIOS SON ESOS?
Hemos de empezar por nuestro cuerpo. Hemos de bajar la cabeza y dirigir la mirada a aquello que hay bajo nuestro ombligo ¿Qué es? ¿Cómo se llama? ¿Cómo lo nombro? Internet es un increíble espacio para aprender, buscar, investigar, crear. Un buen viaje a la Wikipedia para conocer cómo funciona fisiológicamente nuestro ciclo es un inicio al alcance de cualquiera. Aprender que el ciclo menstrual es más que sangrar cada mes es clave para seguir tirando del hilo.  Hay libros por leer pero, sinceramente, después de estos tres años trabajando con mujeres y ciclo menstrual, creo que la inmersión en el propio cuerpo es la clave. Si tuviera que recomendar un libro, recomendaría: “Viaje al ciclo menstrual”, de Anna Salvia, acompañado por el gran libro de la Dra. Northrup “Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer”. Pero, repito, la práctica es lo que nos va a devolver la mirada al cuerpo. Para ello, el uso de la copa menstrual (Naturcup o Mooncup, por ejemplo) es el comienzo magistral. Para mí supuso un antes y un después saber cómo era mi sangre menstrual. Qué color tenía, cuál era su olor, su textura. Para autoconocernos hemos de desear conocernos. Buscar medios, que los hay.
Yo facilito estos espacios bien de manera presencial (el 13 de julio estaré en Bilbo con el Taller de Autoconocimiento del Ciclo Menstrual) o bien de manera virtual. Desde mi web elcaminorubi.com, hay material y espacio para investigar, rebuscar y (des)aprender.
Los beneficios son incontables. Conocerse a una misma es la base de la libertad propia y original. Cuando te conoces, no te temes y, si dejas de temer, eres poderosa, con todas tus luces y sombras.

HABLEMOS DE ESAS CUATRO “ESTACIONES”. LA FASE PREOVULATORIA (PRIMAVERA), OVULATORIA (VERANO), PREMENSTRUAL (OTOÑO) Y MENSTRUAL (INVIERNO). CADA UNA DE ESTAS FASES TIENE SUS DONES O CAPACIDADES (HABLA INCLUSO DE LOS SUPERPODERES DE CADA MOMENTO DEL CICLO) Y SUS RETOS. ¿CUÁLES SON ESAS CARACTERÍSTICAS?
Las fases del ciclo menstrual son arquetipos que evidencian el baile de hormonas sexuales que acontecen en nuestro cuerpo. Que nuestro cerebro esté bañado por los estrógenos genera estados físicos, psíquicos y anímicos muy diferentes a si es la progesterona la que está correteando por nuestras venas.
A modo de resumen, podemos decir lo siguiente. La fase preovulatoria es la joven, la adolescente, la rebelde, la virgen (en su acepción original de “no necesitar del otro para estar completa”), la Indomable. De entre sus superpoderes destaca su locuacidad, intelectualidad y sus altos niveles de atención y concentración. Es la mejor fase para planificar, emprender, comenzar a dejar un hábito, hacer deporte y crear nuestro espacio propio.
La fase ovulatoria es la lujuriosa, la Gran Señora, la madre (como arquetipo de fertilidad y nutrición), la Poderosa Afrodita. Destacamos como superpoderes su poder de convicción, su dominio de las relaciones personales y  su sensualidad voluptuosa. Si tuviésemos una reunión de trabajo, éste sería sin duda alguna el mejor momento del ciclo. Aquí dominamos las relaciones tanto por el carisma como por el atractivo que desprendemos. Es la fase en la que nos suelen decir que estamos “de guapo subido”.
La fase premenstrual es la guerrera, la reina de la oscuridad, la destructora/creadora, la Arpía. Es aquella que se encarga de poner los límites. Esta fase es una de las menos valoradas y es una de las más potentes (aunque en sí, todas lo son). La rabia es el motor de acción y creación más potente que tenemos. La rabia señala aquello que hemos de cambiar. Y para cambiar y crear algo nuevo se ha de destruir lo viejo. En esta fase, el nivel de lucidez es muy alto. Estamos muy sensibles por el balance hormonal y podemos apreciar lo que ocurre de una manera muy precisa. Las tonterías que hemos aguantado en la fase ovulatoria por mantener la armonía de las relaciones (su punto fuerte) no las toleramos en ésta. La clave de esta fase es actuar, aprender a soltar el miedo a esa agresividad implosiva que hemos aprendido las mujeres por cultura. No es mejor callar. Lo mejor es pasar a la acción, pues sin acción la rabia nos asfixia y nos consume. Es este nivel de violencia hacia nosotras mismas lo que nos hace daño.
La fase menstrual corresponde a la anciana, la sabia, la Bruja. En esta fase, el cuerpo acostumbra a demandar descanso, ya que nuestro útero está haciendo un trabajo intenso: expulsar el endometrio. Es un momento para la calma, en el que el sueño onírico tiene mucha presencia. Ocurre que en esta fase hemos aprendido que no hemos de descansar. En los años 60 en EEUU, Tampax avisaba a las mujeres de que en esta fase no podían tomarse un respiro de sus tareas, porque su marido se había casado con una esposa a jornada completa. Hoy nos cuentan que en “esos días” podemos ir a montar  a caballo con ceñidos pantalos blancos. Como si nos apeteciera. Como si, en realidad, solo “las quejicas y las desinformadas” no supieran que, con “la regla”, se puede hacer todo. Mismo discurso, diferente argumento. Ahora tenemos trabajadoras a jornada completa en lugar de dóciles amas de casa, pero la historia se repite.

APUNTA USTED INCLUSO LA CONVENIENCIA DE GESTIONAR LA AGENDA PERSONAL ATENDIENDO AL PROPIO CICLO. ESTE PLANTEAMIENTO ES REVOLUCIONARIO.
Lo es, pero no es originalmente mío. Desde hace años hay mujeres en UK y Australia, por ejemplo, como Miranda Gray o Alexandra Pope, que hablan de cómo aprovechar la potencia de cada fase del ciclo menstrual. Ellas han hecho de altavoces de lo que ya en tribus indígenas de cazadoras- recolectoras (que guardan ciertas similitudes con nuestros orígenes) se ha venido haciendo desde años inmemoriales: seguir el flujo de la vida, que no es otro que el ciclo hormonal de las mujeres.
Es necesario mirar a otras culturas porque en ésta, en la que vivimos, la cultura Occidental, el ciclo menstrual se estudia más como “algo más” o bien como patología. Nunca se profundiza en cómo afecta en la percepción del mundo a nivel psíquico y anímico. En mis talleres he contado con comadronas y enfermeras con tremendas ganas de ampliar su formación en torno a cómo afectan estos balances hormonales en nuestro día a día como mujeres.
Nuestra percepción cambia, así como nuestro cuerpo. Prueba a ir a una entrevista de trabajo en fase premenstrual y verás que tus emociones estarán más a flor de piel que cuando estás ovulando. Es posible que te pongas increíblemente nerviosa y que creas que tienes todas las de perder. Quizás estés enfadada porque estés harta de hacer la décima entrevista del año para nada y la rabia comience a asomar. Así mismo, tu nivel de locuacidad será mucho menor al de la fase ovulatoria y al de la fase preovulatoria. Te costará manejar el lenguaje estándar de las entrevistas y es posible que te frustres un montón. ¿No hubiera sido mejor haber concertado esta entrevista en tu fase ovulatoria? Desprenderías seguridad, simpatía y tus feromonas harían gran parte del trabajo de la relación…

DICE USTED QUE EN LOS OVARIOS DE LA MUJER RESIDE EL FUEGO DE LA CREATIVIDAD. 
Bueno, no lo digo yo. Lo dicen Tami Lynn Kent y la doctora Christiane Northrup. Ellas se refieren al cuerpo desde una visión holística, recuperando conocimientos milenarios como la medicina Maya, el Ayurveda o la Medicina Tradicional China. Como comentaba antes, para ampliar la visión del cuerpo femenino y su estudio hemos de acudir a otras tradiciones. Esto no quiere decir que la Medicina Alopática esté limitada. Ni mucho menos. Lo necesario es buscar distintas visiones que nos permitan tener una visión que nos ayude a comprender lo que sucede en nuestro cuerpo.
Los ovarios, para las parteras mayas, son el lugar donde residen nuestras semillas creativas y el útero es el espacio creador, es donde sucede la magia de la creación. A mí me encanta esta visión, porque explica cómo las mujeres no sólo creamos vida humana, sino también increíbles proyectos de vida, novelas, esculturas, deliciosos platos, etc.

SOMOS SERES CÍCLICOS EN UNA CULTURA LINEAL Y ELLO PUEDE LLEVARNOS A SENTIRNOS CAMBIANTES, VARIABLES, INESTABLES, INCONSTANTES… ERIKA IRUSTA ACOMPAÑA A LA MUJER A APRENDER A GOZARSE CÍCLICA Y A HABITAR SIN COMPLEJOS SU CUERPO. ES UN RETO AMBICIOSO. 
Sí, como ves es imprescindible conocer nuestras fases, porque sin hacerlo seguimos viviendo perdidas. Además de vivir creyendo que estamos locas, enfermas y que somos unas perpetuas inestables. No estamos locas, somos cíclicas y esto es increíble porque podemos habitar en cuatro mundos diferentes con diferentes superpoderes. Ocurre, como señalas, que vivimos en una cultura creada desde el masculino patriarcal, que entiende que todo es lineal y ascendente. En concreto, el capitalismo se centra en el crecimiento y en la producción intensiva. No valora los flujos de descanso ni decrecimiento. Ocurre que todo en la naturaleza es cíclico. Los hombres también lo son. Barajo la teoría de que ellos sigan el ciclo solar, con lo que, en el mismo día, van viviendo cambios que se repiten cada día, y en esta repetición entre días puedan dar la falsa imagen de ser lineales. No la he estudiado y dudo que lo haga, pues creo que es tarea de ellos. No hay nada que no sea cíclico. La muerte podría ser lo único lineal y tengo mis serias dudas (ciclo de putrefacción, por ejemplo).
El falso imaginario de la linealidad nos hace daño. Seguimos creyendo que nuestro cuerpo está defectuoso y que somos algo o alguien diferente a lo que nuestro cuerpo es. Cada cual tiene su mística y es respetable, pero lo único seguro que hay aquí y ahora es que tú eres tu cuerpo, que yo soy este cuerpo. El resto son cavilaciones que algún día en algún lugar remoto se demostrarán o no.
Es primordial partir de nuestra cultura. La influencia del imaginario judeocristiano está aún presente en nuestra relación con el cuerpo. Las mujeres seguimos viendo nuestro cuerpo como algo inadecuado que necesita mejorar continuamente. El espíritu sigue siendo lo valioso y el cuerpo lo prescindible. El culto al cuerpo se enfoca desde un enfoque superficial, que trata al cuerpo como una masa que puede controlarse y moldearse a los antojos de una mente o de un espíritu. El cuerpo de una mujer, es decir, cada una de nosotras, tiene una historia y es esta historia a la que hemos de prestar atención para ser quien realmente somos. Nos gastamos mucho tiempo y dinero en querer dar con la persona que realmente somos y la tenemos delante del espejo. Conocer cómo funciona nuestro cuerpo es fundamental, así como darnos ese espacio para gozarlo. El deseo es la voz del cuerpo y tenemos, por influencia cultural, pánico al deseo y al placer. Vivimos presas en unas cabecitas la mar de amuebladas. Somos increíbles construyendo puentes y disertando la tesis, pero a la hora de escuchar a nuestro deseo nos quedamos petrificadas.
Como pedagoga, me dedico a crear un espacio para abrir la brecha. Para posibilitar esta escucha más allá de los tabúes y prejuicios. Soy la primera que domina los conceptos intelectuales y la primera con problemas para habitar su cuerpo, por eso conozco las trampas y los trucos que nos inventamos para decir que ya lo hemos conseguido. Se trata de que cada una de nosotras derribe sus propios muros de creencias y, entre todas, tejamos un lugar propio para habitarse desde nuestro cuerpo, el propio cuerpo de cada una. Es ambicioso, claro. Como fue pisar la luna. Muchas veces pienso en lo fácil que está resultando avanzar en aspectos tecnológicos y en todo lo que cuesta avanzar en el cambio de hábitos y remodelación cultural. En este 2013 es posible cambiarse de sexo, pero sigue siendo un enorme reto trascender la cultura de los géneros y definirnos más allá del masculino o femenino patriarcal.

¿QUÉ SUCEDE CUANDO SE ALCANZA LA MENOPAUSIA? ¿DEJA ENTONCES LA MUJER DE SER CÍCLICA, DESAPARECEN ESAS CUATRO MUJERES?
Mi trabajo parte de la propia experiencia y de la investigación continua en relación con otras mujeres. No soy una experta en el momento vital de la menopausia pero, hasta donde he podido observar, el ciclo se mantiene, pero de una manera menos intensa. Especialmente por el influjo del ciclo lunar y porque nadie dejamos de ser animales cíclicos nunca. Es cierto que, en los talleres han participado mujeres en la perimenopausia y mujeres en la menopausia. Estas últimas han comentado cómo se sienten más cerca de los atributos de la fase menstrual habiendo pasado por largos períodos en la fase premenstrual. Tiene todo el sentido. Si nos fijamos en las mujeres que comienzan la menopausia, las vemos más guerreras, marcando más los límites y atreviéndose a hacer cosas que antes ni habían pensado. Cuando ya llevan años sin el ciclo hormonal de la menstruación, muchas afirman ver todo con cierta calma y claridad. Se potencia el aspecto de la sabiduría y la percepción ampliada. Todo esto, por supuesto, en un estado de aceptación y conocimiento del cuerpo. Porque, tal y como se plantea la menopausia desde nuestro sistema, es un auténtico drama. Muchas mujeres comienzan la perimenopausia en torno  a los 50 años y han de seguir trabajando al mismo ritmo que una mujer de 20 años.  No pueden parar ni un segundo porque supondría el despido, sabiendo que a día de hoy es más difícil si cabe conseguir un trabajo si estás en la franja de los 50 (aunque ya ni con 25 años hay posibilidades).
En todas las edades, las mujeres, en este sistema, hemos de demostrar que nos lo hemos ganado por propio derecho. ¡Imaginaos si además una está fuera del “mercado reproductivo” (mercado en el que hemos de cotizar las mujeres por mandato cultural)! Las mujeres en esta etapa de vida se encuentran con serios obstáculos, que provocan intensos niveles de estrés que repercuten seriamente en su salud. Pasar de una fase vital a otra es complejo y requiere de calma, comprensión, espacio propio, compromiso y autonococimiento. No se soluciona prescribiendo hormonas (como no se solucionó con el ciclo menstrual); se soluciona replanteándonos el sistema en el que vivimos y  habitando el cuerpo que somos ¿Fácil? No. Pero ¿quién dijo que lo fuera? Se trata de la vida en sí misma, de vivirla tal y como una desea. Más allá de los miedos, las culpas y las vergüenzas hay una brecha que permite ser una como es. El resto es atrezzo.



Tomado de http://www.hirian.com/2013/06/07/las-mujeres-somos-ciclicas-y-podemos-habitar-en-cuatro-mundos-diferentes/

Los hombres también son cíclicos

En concreto, el capitalismo se centra en el crecimiento y en la producción intensiva. No valora los flujos de descanso ni decrecimiento. Ocurre que todo en la naturaleza es cíclico. Los hombres también lo son. Barajo la teoría de que ellos sigan el ciclo solar, con lo que, en el mismo día, van viviendo cambios que se repiten cada día, y en esta repetición entre días puedan dar la falsa imagen de ser lineales.


Erika Irusta

Gordas e hijo

Mijito independiente llega de vacaciones. Su novia y yo, las dos, vamos a llevarle las llaves de su casa. Y el señor llega y llama: "Gorda, gorda". ¿A quién? A la perra.

Durante todos los meses

LOS ÚTEROS DE LAS MUJERES SON UN EPICENTRO DEL MOVIMIENTO DE LA ENERGÍA DEL UNIVERSO





La madre tierra es una ser y como todo ser necesita que nos relacionemos con ella… Ella nos sostiene, ella nos da la vida, ella nos da alimento, ella nos da el agua, y sin embargo tenemos poco tiempo para dedicarnos a ella. Ella está llamando, ella está gritando “¿Dónde están mis hijas?”. Ella sabe y quiere despertar la memoria que guardan las mujeres en su útero. En la sangre de las mujeres está la memoria de toda la humanidad, y es gracias a esta sangre que existe la continuidad de la vida humana en el planeta. Vivimos en una cultura en donde este elemento tan sagrado es despreciado, es ensuciado, es maltratado… Queremos cambiar nuestro enfoque, cambiar el enfoque usando y tomando para nosotros las enseñanzas de nuestros abuelos de la sabiduría indígena… y que esta sociedad no consiguió ofendernos, que estas relaciones humanas que existan en esta sociedad no consiguen cambiar el destino sagrado que tiene la sangre de las mujeres, que hay que volver a este conocimiento, que hay que volver a hacer una relación con la madre. Que somos principalmente agua y que el agua tiene esta memoria. Que necesitamos volver a tomar el poder de nuestro tiempo en nuestras manos, y hacer una relación con quien nos da la vida… para eso tenemos que tomarnos el tiempo, porque en la sociedad en que vivimos este tiempo no existe. Necesitamos las mujeres volver a tomar la fuerza del conocernos, y de volver a tener las visiones que son buenas para la vida de la mujer, para la vida de su familia, para la vida de la comunidad. La tarea de la mujer en este tiempo es una tarea de volver a darle sentido a la energía que pasa por ella durante todos los meses.

LOS ÚTEROS DE LAS MUJERES SON UN EPICENTRO DEL MOVIMIENTO DE LA ENERGÍA DEL UNIVERSO, y esto lo han sabido todos los pueblos antiguos, por eso las visionarias siempre fueron las mujeres, por eso las mujeres en la antigüedad se tomaban los tiempos para ir a un retiro a una reunión, a un espacio exclusivamente para las mujeres en tiempos de menstruación. Si nosotras las mujeres de esta sociedad volvemos a tomarnos el sentido sagrado del movimiento de nuestro cuerpo, de nuestro ser, tenemos la posibilidad de organizar la vida, construir nuestros sueños, construir así la Intención, el Intento, pero para eso tenemos que conocernos. Y por eso estamos proponiendo llevar un diario de los cambios constantes que hay en el estado de ánimo, en el estado físico, en los sueños, en las manifestacionesdel espíritu de las mujeres, porque es en el registro donde tenemos la posibilidad de mirar las coincidencias a través de los tiempos.

LAS MUJERES DEBEMOS VOLVER A RECUPERAR NUESTRO PENSAMIENTO INTUITIVO. Ese pensamiento que se da en sentimiento, en imagen, en sonido, en aroma, ese pensamiento que se da en símbolo, y para eso tenemos que creérnosla. Porque es un pensamiento global que lo cubre todo y que no tiene palabras….

TENEMOS UN CONOCIMIENTO SILENCIOSO ESPERANDO SER RECUPERADO, un conocimiento que tiene mucha herencia, que tiene la posibilidad de caminar entre las distintas dimensiones de la realidad, que mucha gente llama sueños, que mucha gente llama visiones, pero que es parte de la realidad. La realidad en verdad es como una capita de cebolla que va como los meses de las lunas de las mujeres que son concéntricos.

VOLVER A TOMAR ESTO EN NUESTRAS MANOS Y DARLE TIEMPO ES VOLVER A TENER UNA RELACIÓN CON LA MADRE TIERRA…
Señalar como urgente que ES IMPORTANTE QUE LAS MUJERES NO SIGAMOS BOTANDO NUESTRA SANGRE JUNTO CON LA BASURA, que no seamos fuente de contaminación, porque tenemos la posibilidad de consagrarla a través del agua para que vaya a nuestras plantas, tenemos la posibilidad de tomarnos nuestros tiempos y hacer nuestros descansos, nuestros retiros, para poder estar tranquilas de recibir esta energía, así tener la visión, tener el entendimiento, y también tener la posibilidad de la purificación de la energía propia, de la energía de la pareja, de la energía del hogar, y tenemos la posibilidad de hablar con nuestra madre tierra y rezarle para construir la armonía, para construir la paz.Esta es la tarea que tienen las mujeres, este es el tiempo en el que estas tareas empiezan a emerger… Andrea Herrera Atekokolli

La costura y la escritura

Vos, bombón, hacete cargo

martes, 28 de enero de 2014

Acá en el ecosistema mutante: Hoy: Selva tropical

¿Cuánta agua cayó entre anoche y esta mañana? ¿Dónde va el agua cuando ya no llueve?


Ahora se está poniendo todo negro de nuevo. Apenas entro el tender sale el sol rajante.



Las palomas están de spá en el charcote que quedó en el fondo de mi casa.



Aparecieron en el fondo unos caracoles mutantes. Asquerosos, se pegan a los soretes de Fido.



Mijita dice que anoche tenía un sapo encima suyo. No sabe si le durmió arriba o le saltó por la ventana y justo ella se despertó. La cosa s que pegó un grito a las 3 de la mañana y mamita tuvo que saltar a buscar el escobillón.



Ahora la nena cambió de lugar la cama (ya no más bajo la ventana) para ver "si no le santa ningún otro bicho a la noche".


Estas plantas rastreras que están invadiendo mi casa, no sé si van a dar algo comestible o nos van a devorar a todos.


La palmera de adelante tira esos dátiles venenosos con ese olor punzante que se pudren en el suelo formando toda una alfombra anaranjada. Me falta el mono tití.

Nuestro cabello es la extensión física de nuestros pensamientos

La importancia del cabello largo en las culturas indígenas americanas

El cabello es la manifestación física de nuestros pensamientos y una extensión de nosotros mismos; lo mismo sucede con los pensamientos de la madre Tierra, podemos ver el constante crecimiento de su cabello de hierba; mismos que desde tiempos ancestrales fueron usados por los pueblos indígenas con fines medicinales y rituales. Ellos han usado el cabello de la tierra en sus ceremonias con fines de curación física y espiritual o en rituales que ellos consideraban sagrados.
Nuestro cabello  es la extensión física de nuestros pensamientos , nos brinda la dirección a lo largo de nuestra vida; cada uno de nuestros cabellos nos representa a nosotros mismos, son puntos de conexión fuertes tanto de nuestro cuerpo como de nuestro espíritu según los pueblos indígenas. En todos los pueblos de la tierra existen cuentos o leyendas en donde el cabello juega un papel crucial en el destino de los protagonistas, por ejemplo aquellas historias que cuentan sobre los hechiceros o brujas que emplean el cabello de una persona para causarle daño, aunque no es el cabello en sí lo que usan para ese propósito sino las emociones que lleva dentro.
En muchos países del mundo los hombres y mujeres de sabiduría han llevado el cabello largo; en cambio en los lugares donde se ha presentado la tiranía en cualquiera de sus formas el cabello corto ha sido obligatorio y este, junto a otros factores ha culminado con la derrota espiritual y física de los pueblos.
El cabello tiene su propio lenguaje y carácter, y la forma en que sea peinado es sumamente importante para quién lo porte:
La raya en medio representa la alineación del pensamiento, la trenza la unidad del pensamiento con el corazón,  el cabello suelo significa seguridad y el cabello recogido convicción; aunque actualmente las personas se peinan sin conocer el significado de sus acciones el estilo en que se use el cabello es importante pues haciendo a un lado la vanidad o practicidad, la forma en que uno lleve el cabello repercutirá directamente sobre nuestro estado de ánimo.
Para la comunidad africana la forma de llevar el cabello representaba muchas otras cosas: El peinado en forma de trenza se hacía de forma que sirviera como mapa, tenía unas pautas que ayudaba a marcar caminos. Por ejemplo en Cartagena de Indias, cuando escaparon los esclavos y crearon el Palenque, conocido ahora como San Basilio de Palenque, las mujeres usaban los peinados para realizar mapas y recordar los caminos sin que el esclavizador se enterara o los pudiera entender. Como las mujeres y las niñas no estaban tan controladas, podían seguir el camino en ocasiones a escondidas de sus “amos”.  También se utilizaban las trenzas para guardar los granos de maíz de las explotaciones, así nadie las vería y ellas podrían sacarlo de las plantaciones y poder cultivarlo para ellas.
Por estos motivos el peinado en trenza es algo más que comodidad o estética, sino que tiene una fuerte simbología en cuanto a la identidad afro.
Adentrándonos al pensamiento de los pueblos indígenas encontraremos que la forma de llevar peinado el cabello era de suma importancia pues de esta manera se describía y anunciaba su participación en diversos eventos: matrimonio o guerra, alegría o duelo. A través del cabello y los tocados que se llevaba sobre él se podía saber  la madurez de las personas, su estatus en la sociedad o los tiempos de paz y guerra.
Los peinados eran como las estaciones; cambiaban en ocasiones públicas, privadas y ceremoniales. El  cabello representaba los pensamientos  y el estado espiritual del individuo; mostrando los vínculos y la unidad espiritual de su familia y definiendo la armonía cultural y el alineamiento espiritual de su comunidad .
El cabello representaba los estados de la naturaleza, fluían en línea recta como las cascadas o eran ondulados como el agua del río. A los niños indígenas se les enseñaba a lavar y enjuagar el cabello. El cuidado de sus cabellos era tan importante como el mantenimiento de su salud física y espiritual; también se les enseñaba a crear los peinados rituales usando madera, huesos, plumas o piedras como tocados.
Las mujeres indígenas de los pueblos nativos del norte del continente usaban como peine uno de los huesos de la cola del puerco espín colocándolo  sobre un mango de madera y sujetándolo con pequeñas tiras de piel trenzadas. Ellas creían que al peinarse el cabello todos los días le daban fluidez a sus emociones y pensamientos.
El cabello que se caía o quedaba acumulado en los peines era recogido y mantenido en una bolsa; al llegar la luna llena las mujeres se reunían en una ceremonia y ofrecían el registro de sus sentimientos e ideas acumuladas en el cabello caído a los espíritus del fuego, tierra y aire para que fueran bendecidos; posteriormente las ofrendas de cabello eran colocadas en el fuego sagrado y los pensamientos y emociones de cada una de ellas se elevaban junto a sus oraciones a través del humo y el viento hasta llegar a la luna.
Para los pueblos indígenas el  cortar el cabello no solo representaba el corte de la corriente de su pensamiento sino en algunos casos una deshonra. Una guerrero con el cabello cortado en la batalla no tendría lugar en el seno de sus ancestros pues no tenía alma, ni recuerdos ni corazón. Automáticamente se convertiría en un espíritu gris atrapado entre los mundos.  En las enseñanzas de muchas tribus indígenas el cortar el cabello representaba un proceso de duelo  o la proximidad con la muerte. El cabello era un elemento místico en todas ellas. No permitían que nadie tocara su cabello sin su permiso.
Entre el pueblo mexica algunas mujeres llevaban rapado el medio de la cabeza, otras lo llevaban trenzado y peinado hacia arriba, mientras las puntas de sus trenzas semejaban pequeños cuernos que sobresalían de sus frentes, solo las prostitutas lo llevaban suelto, y usaban lodo  y xiuhquílitl para oscurecerlo. A excepción de ellas y en distintos pueblos indígenas de México el color y número de listones  que usaban en sus trenzas representaban la soltería o el matrimonio.
Los hombres sin embargo y dependiendo de su edad y profesión podían llevarlo de distintas formas:  Los hombres que no servían en la guerra  llevaban los cabellos largos al hombro con un fleco al frente, los guerreros -dependiendo de su grado- llevaban un arreglo distintivo a forma de tocado. Desde que nacían hasta los ocho o nueve años llevaban el cabello corto, al cumplir los diez se les dejaba crecer un mechón de pelo en la nuca llamada mocuexpaltia.
Llegando a la adolescencia su cabellera ya era larga y si a esta edad eran capaces de capturar a un enemigo, ya sea solos o con la compañía de alguien se les cortaba ese mechón como símbolo de su logro. Pero se le dejaba crecer un mechón sobre la sien derecha que con el tiempo cubría la oreja. Dependiendo del número de cautivos que hacían se les recompensaba con diferentes adornos que demostraban su poder y valentía.
Como podemos ver, el cabello era de suma importancia para los pueblos indígenas por muchas razones y aunque en la actualidad tales practicas han desaparecido casi por completo nunca es demasiado tarde para re-aprender y re-aprehender todo aquello que nuestros ancestros nos han enseñado.
1MejiaVidesBa_ista
Con información de: Causas Nativas, África no existe y tradiciones orales.

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Lírica


Los elementos de la noche (1963)
El reposo del fuego (1966)
No me preguntes cómo pasa el tiempo (1970)
Irás y no volverás (1973)
Islas a la deriva (1976)
Desde entonces (1979)
Los trabajos del mar (1984)
Miro la tierra (1987)
Ciudad de la memoria (1990)
El silencio de la luna (1996)
La arena errante (1999)
Siglo pasado (2000)
Tarde o temprano (Poemas 1958-2009) (2009; poesía completa, FCE)
Como la lluvia (2009)
La edad de las tinieblas (2009)
El espejo de los ecos (Taller de comunicación gráfica, 2012)



Narrativa


La sangre de Medusa y otros cuentos marginales (1959), relatos
El viento distante (1963), relatos
Morirás lejos (1967), novela
El principio del placer (1972), relatos
Las batallas en el desierto (1981), novela corta
Tarde de agosto (1992), relatos


José Emilio Pacheco por Martín Solares

Tomado de su muro de facebook


José Emilio en un maratón




La muerte de José Emilio Pacheco en la cima de su inteligencia y su talento representa una pérdida enorme para sus miles de lectores y a través de ellos, para la vitalidad de la literatura. ¿Quién hará que los poemas de Joseph Brodsky o de T. S. Eliot suenen como recién escritos en un flamante y poderoso español, que parece dirigirse a cada uno de nosotros en privado? ¿Quién logrará que todo un país se enamore de un mismo personaje femenino o que se estremezca al leer historias de espantos que ocurren en Chapultepec? Cuesta trabajo imaginar que habrá otro escritor tan versátil y tan querido como él: uno que cuente la eterna batalla entre las cenizas y el fuego en todos los géneros literarios que adopte, entre la poesía y el periodismo.

Como miles de mexicanos sólo hablé con él en un puñado de ocasiones pero en cada una de ellas las consecuencias fueron sumamente benéficas. Aunque cualquiera puede citar decenas de anécdotas que demuestran la magnificencia de José Emilio, quiero contar una aquí: según me consta, una vez treinta estudiantes jaliscienses lo invitaron a platicar en Guadalajara durante un fin de semana. Al saber que llevábamos meses dedicados a leer todos sus libros, JEP aceptó ir con inmensa alegría, como si le hubiéramos concedido el mayor de los reconocimientos, se instaló en la galería del Cine Roxy durante un par de días y no dejó de responder a las preguntas de los allí presentes, por extrañas que fueran. Cuando supo que esos mismos estudiantes habían sufragado su viaje se mortificó tanto que insistió en invitar a cenar a esos treinta lectores. A nadie le extrañó que se levantase a las cinco de la madrugada a leer el poemario de uno de ellos y a sugerir su publicación posterior, ni que más tarde se supiera que había cancelado una conferencia pagada en una importante institución oficial a fin de conocer a esos treinta lectores.

Tenía el don de hacer que cada encuentro entre él y sus lectores tuviera un carácter extraordinario. Durante un homenaje que le rendían en San Luis Potosí fue imposible ya no se diga hablar con él en privado sino acercarse un poco, debido al entusiasmo de sus seguidores. Al final del homenaje me topé con la directora del encuentro justo a la entrada del hotel: JEP se había lastimado un tobillo y estaba en silla de ruedas. Debía tomar el taxi a dos calles de allí pero el auto no podía pasar a recogerlo porque las calles estaban bloqueadas. En un rincón del lobby, JEP sostenía una maleta del tamaño de un librero extra grande en cada una de sus manos y se deshizo en disculpas: Me da mucha pena todo esto, pero no puedo abandonar todos los libros que me han regalado los escritores de aquí. Mientras cruzábamos el empedrado extrañados de no hallar un alma en el centro de San Luis Potosí nos topamos con una enorme valla antimotines. Cuando tratamos de moverla escuchamos una gritería doble: la multitud que aguardaba a pocos metros nos indicó a señas que nos hiciéramos a un lado, y por el otro, un centenar de deportistas de alto nivel en sillas de ruedas venía a toda velocidad hacia nosotros. Era un maratón paraolímpico y nosotros nos encontrábamos frente a la línea de meta. José Emilio fue el primero en recuperar el habla: Es que nadie nos lo va a creer. Y luego agregó: Me siento como Roberto Madrazo.

La noticia de su muerte nos dejó a todos con una tristeza indescriptible. Como bien dijo su hija Laura Emilia, si él estuviera aquí sin duda nos pediría disculpas por el dolor que nos provoca su partida.

Porque me parece que esa aventura ilumina la actitud que el gran José Emilio tenía ante la vida, me atreví a contar aquí los extraños sucesos de San Luis Potosí. Pero para que el relato tenga sentido falta añadir que ese día José Emilio Pacheco entró a la carrera con una maleta llena de libros en cada mano, cruzó la meta mientras sonreía a todos los presentes y sólo su legendaria modestia impidió que una edecán obstinada le entregara el trofeo de primer lugar.

Mi notatuaje

lunes, 27 de enero de 2014

Feminoide, inocuo, tilingo, impostado y anacrónico

"... la figura de Zelarayán resuelve de antemano toda una cantidad de prejuicios que todavía circulan entre los representantes de nuestra opinión pública culta. Uno de ellos, al que por justicia histórica habría que denominar "síndrome de Stendhal", sugiere que la separación entre poesía y prosa debe ser abismal, para que la segunda no se amanere lamentablemente. Desde este punto de vista, el arte literario tiene un lado bueno, que es el de los cuentos y las novelas, y uno definitivamente malo, alternativamente o a la vez feminoide, inocuo, tilingo, impostado y anacrónico, aportado por el género poético. Ahora bien, la enfermedad de la poesía podría ser incurable, así que mejor no meterse a lidiar con sus gérmenes; en cambio, hay que velar porque no se trasladen a la narrativa... "



Damián Selci y Nicolás Vilela , en "Zelarayán y el problema de estilo".

Efectos secundarios

Muy buena como policial. Me gustaron la depresiva, el marido, el sonambulismo, la medicación, el psiquiatra nuevo y la psiquiatra vieja. Ni me esperaba la resolución.
Lástima que me aburran los policiales.

Un manicomio adentro

Mire, el hombre que crea es una pobre víctima de su vocación. A mí me pasa eso. Yo tengo que escribir todos los días porque si no estoy jodido, me abotargo. El creador no sólo tiene una población adentro, tiene un manicomio también. Si usted tuviera una población de hombres correctos, de ciudadanos pulcros, sería un escritor insoportablemente monótono, porque la vida correcta es lo más estúpido que hay. De modo que si usted no tiene un manicomio adentro, tipos de psicología podrida, de caracterología enrevesada, no puede hacer novela.



Juan Filloy en entrevista de Ricardo Zelarayán

El conductor de adelante no sabe manejar

Yo no tengo auto ni nunca lo tendré. Y he gozado haberme liberado del automóvil. Es un instrumento mortífero, por otro lado. Mortífero porque va arruinando al individuo. Se va perdiendo el hábito de caminar. ¿Usted ha visto la gente que anda en automóvil? Son culones, tienen la cintura pesada. Por ejemplo en Norteamérica, donde la proliferación del automóvil llega a proporciones catastróficas, la gente no sabe caminar. Eso sí, es un deleite ver caminar a los negros. Las negras y negros caminan a pasos de ballet. Ver caminar es una cosa hermosa. Yo camino por lo menos dos leguas diarias. Voy caminando y hago al mismo tiempo respiración yoga. Eso es lo que me ha mantenido muy bien. Además, camino con tensión helénica; con el eje de cada pie siempre en la misma línea. Mire, eso repercute en el organismo de una manera tan positiva... Yo tengo ochenta y un años, compañero.

No... ¿Ochenta y un años?
Sí, ochenta y uno. Es increíble. No sé lo que es un dolor de cabeza. No sé dónde está el hígado o la vesícula. Yo creo que todo obedece a no haber tenido auto. ¿Usted sabe los desquicios psicológicos que trae aparejado el automóvil? Es tremendo, los nervios, la dependencia... Yo lo veo por mis hijos y por mi yerno. Son unos tipos locos de mierda que dicen que el conductor de adelante no sabe manejar.

Y el conductor de atrás dirá lo mismo de ellos.
Sí, mire, tienen lo que en medicina se llama exacerbatio cerebris. Es patológico.




Entrevista de Ricardo Zelarayán a Juan Filloy

Dios los cría...

La nena quiere que le haga ensalada de frutas. Mando al nene a la verdulería y compra melón, ananá, naranjas, manzanas, limones y duraznos. Y además trae choclo y palta "para la noche".

Peligro: Ganado caballar en la vereda

¡Me chocó un caballo!!!!! En serio, bah, dos. Yo no los vi, pero sentimos el galope. Mi auto estacionado en mi vereda y dos caballos asustados por los perros pasaron corriendo, me abollaron la trompita y me rompieron el foquito delantero.

Y yo leyendo La piel de caballo y a Zelarayán quejándose de que porque hay un caballo en el título lo etiquetan de gauchesco.

domingo, 26 de enero de 2014

Como se aplasta una pulga

“La palabra misterio hay que aplastarla / como se aplasta una pulga / entre los dos pulgares. / La palabra misterio ya no explica nada”



“La gran salina”. Ricardo Zelarayán

Escaso refinamiento prosódico

"La Parca es una cretina con escaso refinamiento prosódico. Nunca emplea la elipsis, ni escamotea sus intenciones. Jamás vacila."


Silvia Friera respecto de la muerte de Ricardo Zelarrayán.

Sueños en varios sentidos

Son comunes los sueños muy visuales, y los visuales y auditivos. ¿Será que ver y escuchar es lo más común de nuestros sentidos, de nuestro inconciente o de nuestro modo de contar lo que soñamos?
También he tenido sueños táctiles, esos en los que sentís el contarcto con otro cuerpo (Agradezco particularmente los eróticos y los que viene mi mamá a abrazarme).
Pero nunca tuve sueños con olores o sabores. ¿Por qué será?

El feminismo y la fuerza

"El feminismo no se trata de hacer a la mujer más fuerte.
Las mujeres ya son fuertes.
Se trata de cambiar la forma en que el mundo percibe la fuerza".



G. D. Anderson.

Que el sol dentro de ti esté quemando tus tripas

¿ASÍ QUE QUIERES SER ESCRITOR?



Charles Bukowski



Si no te sale ardiendo de dentro,
a pesar de todo,
no lo hagas.
A no ser que salga espontáneamente de tu corazón
y de tu mente y de tu boca
y de tus tripas,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte durante horas
con la mirada fija en la pantalla del ordenador
ó clavado en tu máquina de escribir
buscando las palabras,
no lo hagas.
Si lo haces por dinero o fama,
no lo hagas.
Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte
y reescribirlo una y otra vez,
no lo hagas.
Si te cansa sólo pensar en hacerlo,
no lo hagas.
Si estás intentando escribir
como cualquier otro, olvídalo.

Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti,
espera pacientemente.
Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra cosa.

Si primero tienes que leerlo a tu esposa
ó a tu novia ó a tu novio
ó a tus padres ó a cualquiera,
no estás preparado.

No seas como tantos escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman a sí mismos escritores,
no seas soso y aburrido y pretencioso,
no te consumas en tu amor propio.
Las bibliotecas del mundo
bostezan hasta dormirse
con esa gente.
No seas uno de ellos.
No lo hagas.
A no ser que salga de tu alma
como un cohete,
a no ser que quedarte quieto
pudiera llevarte a la locura,
al suicidio o al asesinato,
no lo hagas.
A no ser que el sol dentro de ti
esté quemando tus tripas, no lo hagas.
Cuando sea verdaderamente el momento,
y si has sido elegido,
sucederá por sí solo y
seguirá sucediendo hasta que mueras
ó hasta que muera en ti.
No hay otro camino.
Y nunca lo hubo.

Tema confuso y retorcido

En Cornelia frente al espejo, la peli, se introducen collages de Max Ernest que suman al espacio ocampiano más de lo más ocampiado. Aparecen en la presentación inicial de los créditos pero también como cartas del tarot ilustrando los pecados que Cornelia revisa en su vida: La ira, la pereza, la lujuria, la envidia.

Dice la wiki:
Max Ernst (Brühl, Alemania, el 2 de abril de 1891 - París, Francia, el 1 de abril de 1976) fue un artista alemán nacionalizado francés considerado figura fundamental tanto en el movimiento dadá como en el surrealismo. A lo largo de su variada carrera artística, Ernst se caracterizó por ser un experimentador infatigable, utilizando una extraordinaria diversidad de técnicas, estilos y materiales. En todas sus obras buscaba los medios ideales para expresar, en dos o tres dimensiones, el mundo extradimensional de los sueños y la imaginación.


Dice por otro lado:
Pintor del movimiento Surrealista y Dadà, creativo increíble, Max Ernst llama la atención con sus pinturas de expresión fuerte y tema confuso y retorcido.


Escribo porque no me gusta hablar

radar
DOMINGO, 30 DE SEPTIEMBRE DE 2012


CINE > CORNELIA FRENTE AL ESPEJO: ADAPTANDO A SILVINA OCAMPO
A través del espejo




Si hay tarea difícil a la que se enfrenta el cine a la hora de adaptar un relato es la de encontrar el modo de convertir en imágenes y luz eso que en papel es una voz y un tono. Con paciencia para buscar entrelíneas y sensibilidad para comprender ese diálogo de una mujer frente a su propio reflejo poco antes de suicidarse, Eugenia Capizzano y Daniel Rosenfeld consiguieron en Cornelia frente al espejo capturar el alma del gran relato crepuscular de Silvina Ocampo y convertirlo –de nuevo– en algo único.




Por Esther Cross



Silvina Ocampo le dijo una vez a María Moreno: “Escribo porque no me gusta hablar, para dejar un testimonio más de la vida o para luchar contra ese exceso de materia que acostumbra a rodearnos”. “Cornelia frente al espejo” es uno de esos testimonios. Es, probablemente, uno de los más significativos, por muchas razones que pueden resumirse en un efecto: como Silvina Ocampo y como la vida, es imposible definirlo. En todo caso, es un testimonio de la vida según Silvina Ocampo, que creía que el mundo –como sus cuentos– está lleno de señales. “Cornelia frente al espejo” es, además, una especie de legado de escritura, una poética. Silvina Ocampo también le dijo a María Moreno que la poesía y la prosa son tan distintas que se equilibran, “hasta podrían matarse por contumacia”, y tiempo después escribió este cuento que es puro diálogo, pero con acción contenida en las palabras, donde se revelan misterios sin agotar el misterio, que no es poesía ni prosa ni transacción de géneros: es un texto de Silvina Ocampo, Cornelia puntual frente al espejo a la hora de suicidarse, con fantasmas que llegan a la cita demasiado temprano o tarde. En el duelo entre prosa y poesía ahora aparece la película de Daniel Rosenfeld. “Las fotografías son espejos de lo que fuimos, pero no de lo que somos ni de lo que seremos”, dice Cornelia en el cuento, y en la película de Rosenfeld la fotografía se pone en movimiento. El pasado, el presente y esa premonición que es el futuro entran en acción. Una sabía cómo era el mundo indefinible de Silvina Ocampo y ahora puede verlo. Se trata de un reconocimiento, de volver a un lugar antecedido, extrañamente, por la imaginación. Eugenia Capizzano es Cornelia, no hay duda. Como diría el espejo, que invierte para confirmar: Cornelia es ella. Se nota desde el principio, no bien entra en la casa, cuando camina y se asombra, cuando se la ve hablar con el espejo y cuando una ya se convirtió en el revés del espejo y ve su cara del otro lado de la pantalla. La casa también es un personaje, que gana entidad silenciosa con el tiempo. Después de todo, es la casa de una película basada en una historia de Silvina Ocampo, donde los objetos tienen una importancia vital, porque es como si vivieran.

Comparar una película con su libro matriz es un deporte injusto con el libro y la película. Pero en este caso no se trata de comparar, es distinto. Algunas veces, y ésta es una, la película se apodera, como los espejos del cuento, del alma del libro.

Quien leyó el cuento, va a reconocerlo y participar, al mismo tiempo, de una nueva lectura, como le pasa a Cornelia con la palabra “esmeralda” –que nombra una calle pero también se convierte en una piedra preciosa cuando la pronuncia una nena fantasmal–. Quien no leyó el cuento de Silvina Ocampo y ve la película empieza a leerlo. A esto se suma la lucidez para mostrar lo que no puede verse en el cuento, pero igual le pertenece y supone una lectura sutil entre renglones. También el hombre de Sbaraglia, que le da vida propia, complejidad y fuerza a un personaje notable, comprensible; el rescate del humor y la ironía, la elección de los collages de Max Ernst y la forma de mostrarlos; el traspaso de vida y muerte, conciencia y vida, belleza y peligro; la parte en que el juego de espejos llega a sus últimas consecuencias y el miedo –como dice el cuento– se vuelve original. “Nosotros, los seres humanos, somos irreales como las imágenes”, dice Cornelia, la imagen filmada de Cornelia frente al espejo, donde todo se refleja y las imágenes son reales, como humanos.



Tomado de http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-8274-2012-10-01.html

Enamorada del cuento

Jueves 04 de octubre de 2012

Cine
Un amor literario, detrás del espejo




Por Javier Porta Fouz | Para LA NACION



Eugenia Capizzano, protagonista y coguionista de la película. Foto: CDI Films
CORNELIA FRENTE AL ESPEJO (ARGENTINA-HOLANDA/2012; HABLADA EN ESPAÑOL) / Dirección: Daniel Rosenfeld / Guión: Daniel Rosenfeld y Eugenia Capizzano, basado en el cuento homónimo de Silvina Ocampo / Fotografía: Matías Mesa / Edición: Lorenzo Bombicci, Daniel Rosenfeld / Música : Jorge Arraigada / Sonido: Gaspar Scheuer / Elenco: Eugenia Capizzano, Eugenia Alonso, Rafael Spregelburd y Leonardo Sbaraglia / Duración: 100 minutos / Calificación: sólo apta para mayores de 13 años.
Nuestra opinión: buena

Robert Bresson adaptó la novela de Georges Bernanos Diario de un cura rural para su película homónima. André Bazin escribió: "Bresson suprime, pero no condensa jamás, porque lo que queda de un texto cortado es todavía un fragmento original: como el bloque de mármol procede de la cantera, las palabras pronunciadas en el film siguen siendo de la novela". Así, para Bazin, Bresson confirmaba a la novela en su ser. El cine confirmaba a la literatura. Un cine impuro, a favor del cual estaba Bazin, que usara el patrimonio teatral y literario. En una apuesta inusual para el cine argentino, el guionista y director Daniel Rosenfeld (con dos antecedentes valiosos como Saluzzi, ensayo para bandoneón y tres hermanos y La quimera de los héroes ) y la coguionista y protagonista Eugenia Capizzano han permanecido fieles a las palabras del cuento de Silvina Ocampo "Cornelia frente al espejo". Han suprimido algunos pasajes, sí (y con buen criterio), pero las palabras que están son del cuento, ese en el que una mujer se relaciona con el espejo, con una niña, con un ladrón y con otro hombre. Rondan por ahí el deseo de muerte, los anhelos, los deseos amorosos y los recuerdos de esos deseos. También la posibilidad de que todo sea un sueño o una fantasía (la referencia directa a Alicia en el país de las maravillas está en el cuento) o que todo transcurra en el espejo.

La película de Rosenfeld-Capizzano pone en imágenes un cuento con muy poco de descriptivo, entonces debe imaginar no sólo el aspecto de los personajes, sino además los espacios. El caserón en el que transcurre el relato es parte del clima de misterio y dolor sentimental que se nos propone, y funciona mayormente, salvo por algunos detalles como el baño, que muestra una imagen chirriante (una decadencia, en canillas injertadas y cerámicos, que nos sitúa fuera de época). Si se objetan detalles es porque ésta es una película de detalles, de sentimientos que se revelan en un brillo de la mirada, en un mohín. Su relación con la literatura de Silvina Ocampo también se juega en esos pequeños, pero definitorios detalles. Y ahí es clave la protagonista Capizzano, que hace un trabajo fascinante en las inflexiones, las entonaciones, los gestos que acompañan los diálogos: sabe siempre cómo decir lo que dice, con qué acentuación cobran más y mejor sentido las palabras. Se nota que Capizzano está enamorada del cuento, y eso se transmite: en una película siempre es atractivo ver el registro de alguna clase de amor.

La película luce bien y se escucha aún mejor, y los recursos de aireado narrativo con dibujos y fotos son eficaces. El límite de la película es su acartonamiento (el tramo inicial es el peor en ese sentido, con una actuación gestualmente demasiado enfática de Eugenia Alonso), su ultracorrección de "cine serio" que le impide desarrollar su potencial: por momentos Cornelia frente al espejo luce encorsetada, casi acartonada, y reduce la vitalidad que le imprimen los movimientos y la voz de Capizzano. Tal vez la clave esté en los títulos al principio y al final: se lee "Cornelia frente al espejo" y abajo dice "Basado en?". El masculino del "basado" refiere a un film y no a una película. Y "film" siempre fue un término más acartonado que el más plebeyo "película". Así, puede decirse que este buen film que es Cornelia frente al espejo podría haber sido, con la misma devoción por las palabras, pero con un poco más de vuelo libre, una muy buena película.




Tomado de http://www.lanacion.com.ar/1514006-un-amor-literario-detras-del-espejo

Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...