miércoles, 26 de marzo de 2014

Si también los muebles tienen su paraíso

BIBLIOTECA DE AGLOMERADO Y LADRILLOS



Rubén Reches



¡Biblioteca de aglomerado y ladrillos!
¡Testimonio tan preciso de época y lugar
que –si también los muebles tienen su paraíso–,
el ángel que te reciba no necesitará consultar ninguna ficha
para comprender de inmediato que fue un argentino muy joven

quien, hacia el mil novecientos
setenta de la era cristiana,

te hizo y
barnizó!

¡Hogar del libro hongueado y del libro sin tapa!
¡Asilo de la edición barata en cuyos combados estantes
se recuestan las colecciones incompletas como mendigos
lisiados
en los umbrales!

¡Lugar de los libros, pero también cita de las baratijas,
de objetos que un día el padre puso fuera del alcance de
algún hijo
y desde entonces, inmóviles y cada vez más polvorientos,
arraigaron en vos,
y de esos otros, emigrados a los recovecos de tus ladrillos,
que toda
una
familia buscará durante meses!

¡Que en tu cielo el avioncito de plástico siga tapando el
volumen de
Schopenhauer
y, aun allí, que nunca dejen de dar algo de selva a tu
geometría
somera
ceniceros y señaladores fabricados en jardines de infantes,
todo eso que en vos, aquí, es la vida breve que llega y se
va
contra un fondo de libros que dormitan!

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...