domingo, 25 de mayo de 2014

Jorge Paolantonio

Pañuelo blanco

Me dijo
que le faltaban
una uña y un hijo
que solían dolerle en la cocina
para que yo conteste
doblando trapos y cartas de amor
dictadas con la última tarde
rondando su pantano de silencio
sus nieblas de tizne y romero

Me dijo
que crujían algunas palabras
mientras tostaba harina de su mar lejano
y los robles
hablaban su lengua de jarro y nácar
profanando la fiebre del torturado
pero siempre desnudo
frente a todos los espejos






de la pesada carga

The heavy burden of de growing soul
Perplexes and offends more, day by day…

Animula, T.S. ELIOT

no puede abjurarse de las viejas máscaras
como quien vende un caballo cansado
no es castigo
sino carga pesada
que sacude huesos y destripa letargos
para señalarnos cómo amamos
cuánto
tanto

una tristeza sube a mi cuchara

y como de las hilachas de mi nombre
para que las almas
aligeren
la llaga
de la perplejidad






del caminante que larga vía toma

no hay sueño posible
que habite estos despojos
digo
y aprieto el paso jadeando
contenido en los zapatos

ya no soy yo ni ese verso desgraciado
qué puntual paradoja
esa grieta
una hendija
y la gata una pariente
que me tumba
me deja
sus crías ciegas

levísimas
rasguñan el centro de mi pecho

arriba muy arriba las estrellas

en el campo todo yermo las espinas





la partenaire

nada por aquí nada por allá
salvo su ajada belleza y los afeites
erguida en sus tacones
tocado de plumas
y el hartazgo de saber
que en las galeras no hay conejos
las flores son de tela

las palomas carroñeras
picotean en su encierro

el armario la ahoga
le va quitando el aire

la rutina es sólo eso

todo tiene un doble fondo
un pie que no se ve
un estante oculto
una mentira que aprieta su sonrisa
y duele como muela mala

esos brazos esas manos esos guantes
que apuntan
a la ilusión ajena

nada por aquí nada por allá

la magia es haber sobrevivido

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...