sábado, 28 de junio de 2014

Lavezzi: El fenómeno



Un trend topic trivial del día es la marea femenina que inunda las redes con una multiplicada ovación erótica a los abdominales de Ezequiel “Pocho” Lavezzi, delantero de la Selección Argentina y del París Saint-Germain – 29 años, 1,73 metros, 4 millones de euros de salario anual y, por lo que se ve, un tipo alegre y juguetón - , en lo que podría verse como una réplica de fenómenos mundialistas anteriores – exempli gratia Goycochea en el Mundial ’90 de Italia -, sólo que con una extensión y un grado de instantaneidad propios del estado de las artes en materia de comunicación social.
Yo observo el movimiento como una algarada colectiva de libertad y una apropiación legítima de la exteriorización del deseo por parte de chicas y mujeres de todas las edades y profesiones, con un rasgo muy marcado de humor cómplice y juego simbólico, donde lo “caliente” y personal pesa mucho menos que lo festivo y grupal. Aquí – creo percibir - el “objeto” del deseo se acerca a una excusa efímera, subordinada a lo principal, que es la oportunidad de jugar a puertas abiertas con la acción y la expresión deseantes.
No sólo lo observo, sino que vengo participando, con amigos y amigas, en grupos tanto virtuales como sólidos, de esta ficción de celos y calenturas puesta en escena con un guión que se escribe a medida en que se lo lee y actúa.
Pero hay otras miradas y enfoques circulando en redes paralelas.
Desde el patriarcado misógino se manifiesta el agravio frente al descaro de las mujeres que han decidido empoderarse en materia de atracción física – real o exagerada, es lo de menos – y de manifestación frontal – y festiva -, que cuestiona la propiedad y exclusividad del macho en el gobierno de lo orgiástico. Lo más notable de esta queja es su lógica argumental: acusan a las mujeres de doble discurso porque – dicen los machos – luego de repudiar la cultura de la mujer objeto, estarían contraatacando con una cultura del hombre objeto.
Por supuesto, esto es tan falso como estúpido; lo que están haciendo las “enamoradas” de Lavezzi es invadir un campo reservado al varón, y eso es lo que irrita, punto.
Pero hay más; desde algún pseudo feminismo mal entendido, he visto también ácidas impugnaciones estructuradas en torno de algunos presuntos axiomas doctrinarios. Una vez más, lo que molesta tiene menos que ver con la perspectiva de género que con lo lúdico, con la instalación de lo erótico en un escenario que rompe las reglas del secreto y la penumbra y se abre a lo público.
Francamente, me permito decir que mil chicas jugando a babearse– y haciéndolo con gracia y “sororidad” – por un atleta musculoso, que al menos sabe jugar a la pelota, ostentan una legitimidad gigantesca frente a mil pajeros solitarios babeándose en serio por una puta siliconada de la farándula que no sabe bailar ni hablar.
Además, nene, salvo que estés muy caliente con la novia de Lavezzi, el muchacho no representa para vos y tu virilidad ninguna amenaza. La libertad de las chicas, en cambio , sí es una amenaza para tu machismo miope, así que empezá a prepararte, porque esto apenas empieza.
Relajarse, reírse y no convertir esto en una “batalla” de la falsificada “guerra de los sexos”


Tomado de su muro de facebook

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que sonríe cómplice de amor...