martes, 28 de octubre de 2014

Etapa pena

Algunos me dicen no le creas nada y otros, vos sos demasiado buena. La cosa es que siempre llego a la etapa pena: debe ser tan horrible sentir algo por alguien y no poder hacer nada con eso, tenerlo todo al alcance de la mano, que se te meta entre los brazos incluso (como esta loca) y no poder agarrarlo, no tener la fuerza para mover si un solo músculo que retenga.
Y no me digan que vivo engañada, yo sé lo que sentimos, y lo que él dice con el cuerpo no puede ser mentira. Claro que el miedo y la cobardía son mayores, claro que la vida inmanejable y la confusión y la inmadurez y el envejecer sin madurar. Pero qué feo, qué feo. Y yo, que si algo he hecho en la vida es conseguir contra viento y marea todo lo que quiero, que hice todo mal y lo arreglé mil veces y no me canso nunca de meter la pata pero sigo, no se lo envidio para nada, no puedo sentir bronca por él que me mira y me toca como si yo fuera de oro, como si (igual que hace 20 años) yo fuese una materialización divina. No quiero ser maternal, nada de lo que yo haga o diga le sirve para ir a ninguna parte, no puedo hacer más nada.

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...