viernes, 29 de enero de 2016

¡Oh mitocondria!


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28/01/2016 18:53literatura



Juan Rapacioli


Un viaje poético por las mutaciones de la especie humana

"¡OH MITOCONDRIA!", EL PRIMER POEMARIO DE RITA GONZÁLEZ HESAYNES, COMPONE UNA VOZ QUE VIAJA POR UN UNIVERSO EN CONSTANTE EXPANSIÓN DONDE LA MITOLOGÍA, LA BIOLOGÍA, LA FLORA Y LA FAUNA CONFIGURAN UN CUERPO EN MUTACIÓN QUE ADOPTA DIVERSAS FORMAS, LÍRICAS Y FILOSÓFICAS, A TRAVÉS DE LA GALAXIA.






Publicado por Añosluz Editora, el poemario establece un intenso vínculo entre el mundo animal, el vegetal y la galaxia, a partir de un trabajo con el cuerpo humano que se transforma bajo la inmensidad del universo a través de la relación con todas la especies.

De Lord Byron a T. S. Elliot, de Lorca a Olga Orozco, González Hesaynes retoma a los clásicos para leer a los contemporáneos, dialogando con otras poéticas que exploran la relación de lo humano con la galaxia, el tiempo y la naturaleza, como las obras de David Bowie y David Cronenberg.

En diálogo con Télam, González Hesaynes (Azul, 1984), poeta y licenciada en Letras, dijo que pensó el libro a partir de dos tipos de relaciones: "de identidad y de desarrollo. De identidad porque toda forma de existencia es parte y ramificación del mismo proceso de división que comenzó en el inicio de los tiempos, con el Big Bang".

"De desarrollo -continúa- porque una cosa lleva a otra: porque existe el Tiempo las estructuras de la materia se han transformado hasta el surgimiento de la vida y su evolución y, porque hay evolución, las formas de vida devienen en distintas especies, que pueden 'complejizarse' o incluso extinguirse".

También sostuvo que el lenguaje ha seguido una trayectoria similar: "La galaxia, el mamífero, la plantita, son personajes (o células) de una misma historia a la que llamamos Universo".

"Antes del final hay una serie de poemas que se ocupan del mundo humano en sus distintas etapas criaturales (infancia, adolescencia, juventud, madurez). En esa parte se concentra la mayor ingenuidad, la melancolía, el pasatismo, pero también la fuerza de la fantasía", define la poeta.

Y considera que "es difícil ahondar en el humano sin hacer hincapié en ciertas pequeñeces que, muchas veces, ocupan el centro de la vida. Somos esa pequeñez, pero quizás porque podemos darnos el lujo de trascender la mera lucha por la supervivencia de la especie".

Según González Hesaynes "el poemario es una reflexión sobre nuestra propia especie desde diversas perspectivas y magnitudes, con voces ínfimas y hasta ridículas. En el monólogo-diálogo de 'Recuerdo de Mar de Plata' la criatura se reconoce en el Todo (divinizado) que, como parte de su proceso de división, anda en skate o vive como célula".

"Hay tres grandes materiales que participan directamente del libro: quizás el más importante es una serie de artículos enciclopédicos y de divulgación científica, que abarcaron desde biología celular y el origen del cosmos hasta el concepto de transhumanismo, que están ligados de modo muy fuerte con el proceso de escritura del libro y la macrohistoria que intenta contar", describe la autora.

Desde otra óptica incorpora un acercamiento a William Burroughs: "En mi caso fue a través de la película 'Naked Lunch' de Cronenberg, con quien comparto la idea de que el lenguaje es un virus. Y finalmente, hay un homenaje a 'Poeta en Nueva York', ese libro tan maravilloso y sorprendente de García Lorca".

A la autora ese texto de Lorca le dejó la idea "de que era el primer libro de poesía-ciencia ficción que leía, una fantasía postapocalíptica sobre una cultura enferma, que incluye una descripción de lo que sucede con el epicentro de la civilización occidental tras la caída de esa civilización en manos de aquellas fuerzas 'primitivas' que ha intentado dominar".

En el prólogo, el poeta Jotaele Andrade sostiene que se puede incurrir "en el riesgo de pensar en un tratado de vida microscópica al leer el título de este bello libro de poesía. No es así si lo pensáramos desde esa perspectiva unívoca. Es así desde la visión englobante de una totalidad donde el ser humano es, con las demás cosas, una ínfima situación".

"De todos modos -resalta- la biología nos explica, a través de la teoría endosimbiótica, que la mitocondria ha sido en algún momento de la vida protozooica una bacteria fagocitada por una célula hambrienta y que, he aquí, huésped y locatario desarrollaron una convivencia beneficiosa para ambos".

Según Andrade, "cada palabra utilizada por la poeta es medida en una doble vertiente: la riqueza semántica y la inteligencia. Poemas donde la inteligencia y el conocimiento se conjugan de manera admirable".

Para el poeta, "este libro puede leerse como el canto de una forma de existencia cuyo acto de fe (la protomemoria) es pendular: por un lado sabe que es en sí misma una minúscula realidad consciente en sí misma y, por otro, tiene una memoria que se desencaja de esa mismidad hermanándose, oscuramente, con otras formas de existencia".

"Hay una incesante mutación de formas de vida y existencias, incluyendo aquellas formas de no-existencia, donde se resignifica la protomemoria para volver a insistir desde el nuevo estadio hasta la próxima mutación y así hasta el infinito o la memoria infinita que se encuentra en 'la cifra categórica'".

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