miércoles, 1 de febrero de 2017

Estoy hablando del cuerpo que habla

"En su libro L’ordine simbolico della madre —que no se si está traducido en castellano— la filósofa italiana Luisa Muraro argumenta que la relación entre significante y significado es garantizada por la presencia física y afectiva de la madre. El sentido de una palabra no es aprendido de manera funcional, sino que de manera afectiva. Yo sé que una palabra tiene un sentido (y que el mundo como significante tiene un sentido) porque la relación afectiva con el cuerpo de mi madre me introduce a la interpretación como un acto esencialmente afectivo. Cuando la presencia afectiva de la madre se hace rara, el mundo pierde calor semiótico, y la interpretación se hace cada vez más funcional, frígida. Naturalmente no estoy hablando aquí de la madre biológica, no me refiero a la función materna tradicional, familiar. Estoy hablando del cuerpo que habla, estoy hablando de la voz. Puede ser la voz del tío, de la abuela o de un amigo. La voz de un ser humano es la única manera de garantizar afectivamente la consistencia semántica del mundo. La rarefacción de la voz trasforma la interpretación en un acto puramente económico, funcional y combinatorio."



Franco “Bifo” Berardi

http://confabulario.eluniversal.com.mx/las-redes-sociales-postergacion-infinita-del-placer-erotico/

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