Nos pegamos una maratón de películas con temática lésbica. Te contamos sobre los clásicos, los no tan clásicos y algunas revelaciones, y nos animamos a hacer algo así como un análisis.
Bound (1996)
En 1993, dos películas de temática gay salieron a la luz y marcaron un antes y un después:Philadelphia en EEUU y Fresa y chocolate en Cuba supieron visibilizar las dificultades que sufría –y sufre- la comunidad gay en distintos lugares del mundo. Ambas cosecharon diversos premios y hoy en día son consideradas clásicos del cine. Ya en los ‘80 el tema de la homosexualidad masculina había sido tratado en diversos largometrajes pero a partir de ese doble estreno, la cantidad de películas se disparó y muchas “estrellas” se le animaron a los protagónicos. Muy distinto sería el caso del cine lésbico. Hubo que esperar varios años para que el tema se instalara y, en general, se presentó marcado por una gran cantidad de estereotipos.
Previo a los ‘90, las películas que retratan amores entre mujeres son prácticamente desconocidas y pueden contarse con los dedos de una mano. Pocas y de bajo presupuesto, en su mayoría coinciden en la construcción de relaciones tormentosas, patológicas y, por supuesto, con finales trágicos. Así, Mädchen in Uniform de 1931, considerada la primera película con temática lésbica en la historia del cine, presenta todo aquello que después se volvería el cliché de estas películas: una angelical y huérfana jovencita, una profesora rigurosa e impredecible, una serie de diálogos que parecen sacados de una película softporno (“¿Por qué estás temblando? ¿acaso estás nerviosa?”), y un trágico y predecible final: el suicidio de la protagonista. Por supuesto, a la película le faltan las escenas candentes -debemos conformarnos con un único y fugaz beso-, pero logra construir un ambiente lo suficientemente dramático como para que los diálogos sobre la “curación” de Manuela (la joven alumna) y el trágico final estén relativamente justificados. A partir de allí, podríamos trazar dos o tres líneas posibles del cine lésbico que continúan hasta el día de hoy y que, si en algo coinciden, es en que no suelen tener finales felices.
Fried Green Tomatoes (1991)
Por un lado, están aquellas películas que tratan el tema lésbico como un subtexto y que suscitan inevitables discusiones del tipo: “¿Thelma y Louis son sólo amigas?”; hasta el punto de herir sensibilidades (“Vos ves tortas por todos lados”). Fried Green Tomatoes (1991) es el ejemplo paradigmático de las dificultades -¿del público? ¿de los directores?- para explicitar lo obvio. Aunque la relación entre Idgie y Ruth es la más trascendental de la historia -incluso comparten la crianza de un niño-, no hay demostraciones explícitas de su amor, por lo que debemos conformarnos con miradas y sonrisas sugerentes, alguna que otra caricia y juegos con cierto matiz erótico. De esta manera, la censura que habría sufrido una pareja de mujeres en los años ‘30 se traslada hacia dentro de la pantalla. ¿Decisión artística o reproducción del tabú?
A contrapelo de las películas que mantienen las relaciones lésbicas en el subtexto, el cine está repleto de otros ejemplos donde la relación amorosa (y erótica) entre mujeres se vuelve explícita, pero siempre asociada a la enfermedad o a la locura. O bien la mujer que desea a otra mujer presenta algún grave problema psicológico (como Judi Dench en Notes on a scandal oAmanda Seyfried en Chloe), o bien la relación es la que saca lo peor de esas dos mujeres.Heavenly creatures (1994) y Monster (2003) -ambas, muy recomendables- construyen a la perfección al personaje de la mujer solitaria, rechazada por la sociedad, que encuentra en la relación amorosa una vía de escape, y que siempre está a punto de romper los límites sociales (y convertirse en asesina).
Monster (2003)
La tercera clase de películas es probablemente la que más se ha instalado en el imaginario común: la torta rebelde -y en general hippie y/o masculina- que la tiene clara, la chica heterosexual que se enamora por primera vez de una mujer -y que siempre tiene relaciones sexuales insatisfactorias con algún hombre en los primeros diez minutos de película, muchas escenas de sexo -lo más explícitas posible-, llantos, gritos y, por supuesto, un final no-feliz. Estas películas parecen ser una mezcla entre el melodrama, las románticas adolescentes y el porno. Los finales pueden ser el suicidio, la muerte abrupta de una de las dos protagonistas -generalmente de la que acaba de “descubrir” su sexualidad- un arresto por parte de la policía o simplemente la separación.  Aunque estas películas parecen más bien objetivar los cuerpos femeninos, que responden siempre a los paradigmas de las “mujeres bellas” (ni pelos ni un gramo de grasa de más), y todas parecen un reflejo de la otra hasta el infinito (sí, La vida de Adèle no tuvo nada de nuevo), algunas valen la pena. Películas como Lost and delirious pueden ser una buena opción para hacer catarsis un domingo a la tarde (sobre todo si una es adolescente).
Por supuesto, las excepciones existen. Películas como The world unseen (2007), Carol (2015) o la genial Bound (1996) de las hermanas Wachowski, supieron romper con algunos de los estereotipos establecidos y nos mostraron que no todas las lesbianas del cine están locas o deben ser infelices. Imagine me & you (2005) se volvió un clásico de la filmografía lésbica con un guión muy simple y unas buenas actuaciones. La película de Ol Parker es original porque en vez de seguir los parámetros dramáticos de las películas sobre tortas, sigue los de las comedias románticas. Según el director, la idea de la película era tratar el tema del amor a primera vista y la decisión de que la tercera en discordia fuera una mujer fue una decisión de último momento. Lo cierto es que Imagine me & you tiene más escenas cómicas que dramáticas, una gran química entre las protagonistas y, como todas las comedias románticas, termina bien.
The kids are alright (2010)
En los últimos años, las relaciones entre mujeres se volvió un tema recurrente dentro del cine y la mayor cantidad de oferta permitió también que se diversificaran las miradas. Películas comoThe kids are alright (2010) o La belle Saison (2015), ambas dirigidas por mujeres, no reproducen una mirada fetichista de la mujer, y sus cuerpos y encuentros sexuales ya no parecen sacados de una película porno. En general, estas películas hablan de algo más que del lesbianismo y tratan también temas como la maternidad, el feminismo, las relaciones largas, la vejez, etc. ¿Se podrán destruir los clichés? ¿Cuándo habrá películas donde la historia de una lesbiana no sea, justamente, su lesbianismo?